Venezuela tuvo lugar en las palabras del papa Francisco este miércoles 25 de diciembre, en su tradicional mensaje de Navidad, cuando invitó a los países de América Latina a buscar caminos que conduzcan a soluciones eficaces en la verdad y la justicia.
“Que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua”, señaló.
Por otra parte, pidió a «los pueblos de todas las naciones” a encontrar el valor durante este Año Santo “para silenciar los sonidos de las armas y superar las divisiones” que afligen al mundo, desde Medio Oriente hasta Ucrania, África hasta Asia.
El discurso “Urbi et Orbi” — “A la Ciudad y al Mundo” — del pontífice sirve como un resumen de la situación que enfrenta el mundo. Como la Navidad coincidió con el inicio de la celebración del Año Santo 2025 que él dedicó a la esperanza, Francisco pidió una amplia reconciliación, “incluso (con) nuestros enemigos”.
“Invito a cada individuo, y a todos los pueblos de todas las naciones… a convertirse en peregrinos de esperanza, a silenciar los sonidos de las armas y superar las divisiones”, dijo el papa desde la logia de la Basílica de San Pedro a las multitudes congregadas abajo.
El papa invocó la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, que abrió en Nochebuena para lanzar el Jubileo 2025, como representante de la misericordia de Dios, que “desata cada nudo; derriba cada muro de división; disipa el odio y el espíritu de venganza”.
Llamó a silenciar las armas en la Ucrania y en Medio Oriente, señalando a las comunidades cristianas en Israel y los territorios palestinos, “particularmente en Gaza donde la situación humanitaria es extremadamente grave”, así como en Líbano y Siria “en este momento tan delicado”.
Francisco repitió sus llamados a la liberación de los rehenes tomados por Hamás de Israel el 7 de octubre de 2023.
Citó un brote mortal de sarampión en la República Democrática del Congo, y el sufrimiento del pueblo de Myanmar, obligado a huir de sus hogares por “el choque continuo de armas”. El papa también recordó a los niños que sufren por la guerra y el hambre, los ancianos que viven en soledad, aquellos que huyen de sus patrias, que han perdido sus trabajos y son perseguidos por su fe.
Los peregrinos se alinearon el día de Navidad para pasar por la gran Puerta Santa en la entrada de la Basílica de San Pedro, ya que se espera que el Jubileo traiga unos 32 millones de fieles católicos a Roma.
Atravesar la Puerta Santa es una manera en que los fieles pueden obtener indulgencias, o perdón por los pecados durante un Jubileo, una tradición que ocurre una vez cada cuarto de siglo y que data de 1300.
Los peregrinos se sometieron a controles de seguridad antes de entrar por la Puerta Santa, en medio de nuevos temores de seguridad tras un mortal ataque en un mercado navideño en Alemania. Muchos se detuvieron para tocar la puerta mientras pasaban y hacían la señal de la cruz al entrar en la basílica dedicada a San Pedro, el fundador de la Iglesia Católica Romana.
“Te sientes tan humilde cuando pasas por la puerta que una vez que pasas es casi como una liberación, una liberación de emociones”, dijo Blanca Martín, una peregrina de San Diego. ”… Es casi como una liberación de emociones, sientes que ahora puedes soltar y poner todo en manos de Dios. Mira, me estoy emocionando. Es simplemente una experiencia hermosa”.