Los villancicos son canciones que reflejan la cultura y la tradición del país, con un alto nivel poético y un contenido social que habla de la pobreza, la necesidad y las celebraciones. Algunos de los villancicos más populares son:
“El burrito sabanero”.
Los villancicos venezolanos tienen su origen en la tradición europea de los cantos de villancicos, que eran los habitantes de las villas. En Venezuela, la historia de los villancicos comenzó en Caracas, con el Coro del Instituto Venezolano de Ciegos, de los hermanos salesianos.
Los aguinaldos venezolanos son una evolución musical del villancico europeo, y se pueden cantar con o sin acompañamiento instrumental. Las letras de los aguinaldos son versos hexasílabos, tradicionales, compuestos y hasta improvisados.
Migra Venezuela proviene del villancico español y fue aquí donde este género adquirió nuevas formas de interpretación con la ayuda de instrumentos como cuatro, charrasca, violín, pandereta, tambor y hasta las populares chapitas sujetas con clavos a una tabla.
Se conocen dos tipos de aguinaldos, los religiosos: cuyas letras hablan de la Virgen, el Niño y otros iconos acompañados por una música sobria, suave y pausada. Éstos suelen cantarse en la iglesia o durante las conocidas misas de gallo o de aguinaldo. Por otra parte, están los de parranda, que como su nombre lo indica, son alusivos a temas más paganos y festivos, y la música que les acompaña es más bullanguera y se suelen cantar en la calle o de casa en casa, como aún acontece en muchas ciudades y pueblos del país.
Tal vez uno de los factores más importantes que ha marcado la evolución de los aguinaldos, ha sido el cambio en su compás que pasó de tres a dos tiempos, lo que hace más complicada su interpretación, en especial cuando se trata de músicos que no están familiarizados con el género.
Al igual que acontece con la fecha de origen, tampoco es posible determinar con exactitud cuándo se cambió el compás, sin embargo, algunos investigadores piensan que algunas según declaraciones del maestro Vicente Emilio Sojo, en 1946, fue Ricardo Pérez, compositor de algunos aguinaldos tradicionales como Cantemos alegres, Espléndida noche, A ti te cantamos.
Como la hallaca, que es el plato más popular en estas fechas, el aguinaldo tiene una particularidad dependiendo del lugar donde se interprete. Por ejemplo, en el estado Carabobo existe el aguinaldo de entrega, que está conformado en tres partes: búsqueda del Niño, adoración al ángel y entrega. En Táchira y Trujillo se celebra la Paradura del Niño el 2 de febrero, donde es común escuchar aguinaldos religiosos.
También sus instrumentos cambian dependiendo del lugar, por ejemplo, en el estado Lara se acompaña con el quinto y el requinto, en cambio, en los estados Barinas y Apure se agregan la bandola y es que la forma de interpretación depende también del carácter de la pieza, un aguinaldo de parranda lleva por lo general más instrumentos que uno religioso. En este sentido hay aguinaldos que son para distintos momentos, unos son para antes, otros para durante y otros para después de la Navidad, como es el caso de la Paradura del Niño.
Fue el maestro Vicente Emilio Sojo quien en la década de los cuarenta se dio, por primera vez en Venezuela, a la tarea de recopilar y hacer arreglos corales para aguinaldos, este trabajo fue publicado en una edición de varios tomos. Hay que mencionar que anterior a esto, no había un registro formal de esta manifestación cultural, pues nació del pueblo y fue el pueblo el que le dio la forma y así se fue transmitiendo de generación en generación.
Etimológicamente hablando, según Ángel Rosenblat, desde la antigüedad es costumbre dar regalos en ciertas fechas religiosas como la Navidad, en España, y aquí en Venezuela, a este regalo se le llama aguinaldo. Esto nos explica de dónde proviene esta costumbre, pero no por qué estos cantos adquirieron ese sustantivo.
Los villancicos en su proceso de transformación también cambiaron su nombre, al comienzo fueron llamados coplas de aguinaldo a aquellas canciones de grupos de cantes callejeros que iban de casa en casa pidiendo un presente o agasajo, luego simplemente fue llamado aguinaldo. Lo cierto es que, de dos o tres tiempos, profanos o religiosos, con cuatro o con bandola, el aguinaldo pervive en nuestra memoria colectiva y renace cada año al momento de celebrar la Navidad.
Conservemos nuestras tradiciones con la esperanza del pronto regreso de los ausentes…
¡FELIZ NAVIDAD!
Ese, es mi deseo para todos, especialmente a la Junta Directiva del diario “EL IMPULSO”, y a todo su personal, que la benevolencia divina haga realidad todos sus anhelos y que, reciban un abrazo fraterno y respetuoso acompañado del agradecimiento eterno que les profeso…
¡FELIZ NAVIDAD!
¡Te amo Venezuela!
Maximiliano Pérez Apóstol