Varios meses llevan esperando los usuarios de la carretera Barquisimeto-Río Claro se reanuden los trabajos de recuperación que venía adelantando allí el Ministerio de Tránsito Terrestre pero fueron paralizados inexplicablemente.
Especialmente los conductores de las dos líneas de colectivos que cubren esa ruta deben enfrentarse a diario a los numerosos obstáculos que se encuentran a todo lo largo de tan importante arteria vial.
Tramos donde el asfalto desapareció hace tiempo, fallas de borde, hundimiento en plena capa de rodamiento y derrumbes son comunes en la carretera que une a Barquisimeto con la capital de la parroquia Juares.
En varias oportunidades los conductores afectados han realizado manifestaciones de protesta impidiendo el tránsito, recibiendo promesas por parte de funcionarios del MTT que luego son echadas al olvido.
Refiere Joaquín Catarí, uno de los usuarios, que el año pasado se alegraron al ver cuadrillas y maquinarias del MTT rehabilitando algunos de los sitios más afectados y pensaron que al fin se habían acordado de la importancia de esa vía y por lo tanto en poco tiempo quedaría en óptimas condiciones, pero eso no ocurrió.
“Llegaron, le quitaron el asfalto, dejaron unos montones de granzón y desaparecieron las cuadrillas de obreros y máquinas dejando la cosa peor”, indicó Catarí.
En efecto, en varios sitios pueden verse los promontorios de granzón y arena destinados a la recuperación de tramos deteriorados, olvidados e incluso algunas personas han comenzado a llevarse ese material para trabajos personales.
Lo mismo ocurre con las piedras destinadas a cubrir las fallas de borde, la mayoría de las cuales también comenzaron a eliminar pero igualmente suspendieron las labores.
“Cada día esta carretera está peor y más peligrosa, sobre todo en horas de la noche cuando por la oscuridad no se ven los enormes huecos”, dijo otro viajero.
Lo que más preocupa es que no se observa movimiento alguno a nivel oficial y que prácticamente ya comenzó la temporada de invierno y con cada lluvia que cae se incrementa el deterioro.
Otro problema que representa el mal estado de la vía es el de la inseguridad, más aún durante la noche, cuando los conductores deben reducir la velocidad en los sitios convertidos en obstáculos y eso lo aprovechan los delincuentes para asaltarlos.
Eso ya ha ocurrido en varias oportunidades, afortunadamente sin víctimas por lesiones o muertes, pero aún así no se ha dispuesto un patrullaje policial o de la Guardia Nacional que permita a los viajeros hacer el recorrido con algo de seguridad.
Pero lo importante es que se reinicie cuanto antes la recuperación de la vía por donde llegan a Barquisimeto los alimentos que produce la parroquia Juares.