Hace ya un mes que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, le envió una comunicación a su colega de Venezuela, Nicolás Maduro, oponiéndose a la venta de Monómeros, pero todavía no ha recibido respuesta, ni el gobierno venezolano ha dado a conocer la real situación de la empresa.
Al expresar a EL Impulso esta opinión, el abogado Macario González, quien presidió la comisión nombrada por la Asamblea Nacional del 2015 para investigar las irregularidades de la mencionada empresa, la cual estaba en la quiebra, considera que el país reclama explicaciones.
¿Cómo nota el silencio del presidente Maduro a la carta de Petro?
Si es grave que Maduro no le haya dado contestación a la carta de Petro, quien la hizo pública a través de las redes y fue entonces que se pudo saber lo que estaba pasando, mucho más grave es que tampoco le hubiera informado oficial y públicamente a los venezolanos, mi mucho menos a la Asamblea Nacional y a la Contraloría General de la República, el motivo de esa operación, que había sido ocultada como si se tratara de una transacción personal,
¿Cuál podría ser el temor de no dar a conocer la negociación?
En un caso como este no puede haber temor. Monómeros no es una empresa del gobierno, sino del Estado venezolano y como tal le pertenece a todos los venezolanos, a quienes los administradores de la cosa pública están obligados a rendirle cuentas claras, precisas y bien documentadas.
Hasta hace un mes la población venezolana no sabía nada que, desde hace cierto tiempo, el empresario colombo-venezolano Alex Saab, ministro de Industria y Producción Nacional, por cierto nacido en Barranquilla, donde está la sede de Monómeros, era el que estaba llevando a cabo la negociación.
Petro, continúa diciendo Macario González, en un principio se había mostrado partidario de la negociación; pero al parecer a raíz de la renuncia de los dos representantes del gobierno colombiano en la empresa, cambió de opinión.
En la carta que le envía a Maduro, Petro le escribe, cito textualmente sus palabras, “ de manera respetuosa y atenta, quiero expresarle mi oposición a la decisión del ministro de Industria y Producción Nacional de Venezuela, Alex Naim Saab Morán, de vender y privatizar la compañía Monómeros.
¿Por qué cree que Petro expresa su oposición a la venta?
Él mismo reconoció de que hacerse esa venta, dada la importancia que tiene la empresa para el agro de su país, va a impactar el abastecimiento de la producción agrícola de Colombia y, presuntamente, le llega el tufo nada agradable del agente vendedor cuando comentó en la prensa colombiana que Saab es un empresario astuto, que jugó con el hambre de los venezolanos y está ligado al narcotráfico. Esas son palabras del mandatario, quien debe estar muy bien informado de quién es también su paisano.
Valor incalculable
El diario El Colombiano, de Medellín, que ha venido ocupándose del asunto desde hace tiempo, indicó que la venta había sido estimada en 300 millones de dólares. ¿ Será ese el valor?
Es una de las empresas más valiosas del continente. Es la joya de la industria petroquímica. Para tener una idea de la importancia que tiene es su producción de fertilizantes complejos, granulados, alimentos para animales, los nutrientes conocidos como primarios y secundarios (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, azufre y magnesio) y, en fin, una gama de productos. Su capacidad productiva es de 1,3 millones de toneladas en sustancias orgánicas e inorgánicas.
Dice usted que es la corona de la industria. Tiene 24 plantas y dos complejos industriales. Llegó a tener casi 1.800 trabajadores, de los cuales 778 eran calificados, según los informes obtenidos., Y lo más interesante es que tiene una ubicación estratégica para distribuir sus productos. Es una empresa que tiene un área de 42 hectáreas. Y en su mejor momento llegó a atender la demanda de 50 países.
Me está hablando de una empresa de Barranquilla. La sede está en Barranquilla y el complejo petroquímico Antonio Nariño está ubicado en Buenaventura.
Compradores
¿Quiénes han estado interesados en adquirir Monómeros?
Como no hay una información precisa, ya que sólo se sabe de la venta por la alarma que causó en el seno del gobierno de Petro y éste, como ya sabemos, se dirigió por escrito a Maduro, es difícil saber quiénes son los interesados. Sin embargo, se dice que estarían interesados Nitron Group y Nitrofer, que son empresas que también se encuentran en el mercado petroquímico. Y, además, se ha hablado de un consorcio turco, pero se ignora su nombre, ya que en Turquía hay seis grandes consorcios petroquímicos que precisamente se ocupan de hacer lo mismo que hace Monómeros.
Intentos frustrados
Pero, antes de que Petro diera a conocer que estaba en venta Monòmeros, ya en años anteriores también se había propuesto salir de esa empresa.
La voz de alarma fue dada por el sindicato SintraMonómeros el 18 de junio de 2021 al denunciar un denominado “acuerdo en colaboración empresarial”, entre la empresa Monómeros Colombo-venezolanos S.A y la firma Lyon Street Venture Corp. S.A., representadas la primera por el ingeniero Guillermo Rodríguez Laprea y la segunda por Ricardo José Rodríguez
¿Una empresa de maletín?
Evidentemente. Esa empresa fue constituida en el 2018 en Panamá y hasta el 2021 no tenía registrada ninguna operación, de acuerdo con datos proporcionados por el Ministerio de Comercio e Industria de Panamá. En otras palabras, no tenía experiencia y no podía tenerla porque carecía de financiamiento..
¿Y cómo se descubrió el fraude?
Por el descaro del acuerdo, el cual era por quince años, lo que violaban los estatutos de Monómeros porque los lapsos no podía pasar de los tres años, y para colmo de males, en la repartición de utilidades a ésta le correspondía el 40 por ciento y el resto del 60 por ciento a la empresa de maletín. El caso, que a todas luces era increíble, llegó al Congreso. Y fue entonces cuando el gobierno interino de Juan Guaidó procedió a nombrar la Comisión de Contraloría, escogiendo mi nombre para presidirla.
Esa Comisión fue integrada además por Elimar Díaz, Sandra Flores, José Ricardo Salazar, Carlos Lozano, Guillermo Palacios, Jairo Bao, Ismael García, Marco Aurelio Quiñones, Elías Bessis, Oneiber Peraza, Ismael León y la abogada Ana Isabel González, como secretaria.
Siembra del petróleo
Macario González dice que la empresa Monómeros fue ejemplo de la siembra del petróleo, la idea que tuvieron el economista Alberto Adriani y el intelectual Arturo Uslar Pietri, en el sentido de utilizar los recursos del petróleo en inversiones que permitieran el desarrollo de actividades económicas, en especial la agricultura.
Con tal idea en 1967 acuerdan el Instituto de Fomento Industrial y la Empresa Colombiana de Petróleo, del vecino país, y el Instituto Venezolano de Petroquímica constituir la Monómeros Colombo-Venezolanos S.A. Y en el 2006, el Estado venezolano adquirió el resto de las acciones a través de Pequiven, filial de Pdvsa.
La empresa tuvo un gran auge, pero en las manos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro terminó endeudada, generó desconfianza y por esos motivos, el gobierno de Colombia, que siempre se preocupa por proteger a las empresas radicadas en su suelo, la intervino. Esa protección se aplica por los bienes y empleo que producen las empresas, razón que lleva al gobierno, a través de la Superintendencia de Sociedades, a impedir que cierren.
Conviene señalar que la Superintendencia al intervenir coloca a funcionarios como asesores ad honorem, para que tomen los correctivos en las debilidades que presentan las empresas. Fue así como el gobierno interino recibe a Monómeros bajo el control del gobierno colombiano y con la directiva que se nombró, la empresa pudo reflotar.
Aunque se recuperó en el gobierno interino, también hubo fallas y vicios en los cuales estaba involucrado Guillermo Rodríguez Laprea y otros funcionarios. La Comisión de Contraloría, que yo presidí, presentó su informe a la Asamblea Nacional y se solicitó la destitución de la directiva de la empresa y también pedimos la destitución de la directiva de Pequiven, encabezada por Diana Bracho, porque no fue diligente en tomar las medidas que se habían recomendado. Hay que reconocer que con el gobierno interino fue recuperada la empresa y cuando se comprobó irregularidades se determinó que la directiva debía salir.
El informe fue presentado en la plenaria de la Asamblea Nacional, pero por razones políticas no hubo consenso para tomar las medidas por unanimidad la Comisión de Contraloría, cuya presidencia yo ejercí.
Sanciones al acecho
Volviendo al caso de la venta, ¿podría efectuarse una negociación si Pequiven se encuentra dentro de la sanción de Pdvsa, impuesta por la Oficina de Activos Extranjeros del gobierno de los Estados Unidos?
Monómeros tiene una licencia para operar, siempre y cuando sus actividades se desarrollen con toda normalidad. Importante es destacar que puede seguir produciendo la gama de productos que está en capacidad de fabricar y de obtener utilidades. Más no, podría ser vendida mientras Pdvsa se encuentre bajo sanción. Y no se puede obviar que ya Petro tiene velas en ese asunto, porque la Superintendencia de Sociedades ya ejerce control pleno sobre dicha empresa. De todas maneras, los venezolanos queremos saber oficialmente cuál es la situación de Monómeros.