El opositor venezolano Pedro Urruchurtu, uno de los seis asilados políticos refugiados en la residencia de la Embajada de Argentina en Caracas, protegida por Brasil, denunció este martes 4 de diciembre la intensificación del asedio por parte de las fuerzas de seguridad del régimen de Nicolás Maduro.
En una publicación en redes sociales, Urruchurtu aseguró que ha habido «amenazas de ingreso» a la residencia diplomática, «sobrevuelos de drones» y un «importante despliegue de agentes represivos». Además, denunció la interrupción del suministro eléctrico y de agua potable, así como restricciones al acceso de alimentos y suministros básicos.
Urruchurtu, hizo un llamado urgente a la comunidad internacional, especialmente a los gobiernos de Argentina y Brasil, para que intervengan y exijan el cese inmediato del asedio.
La líder opositora María Corina Machado también se pronunció al respecto, denunciando que las amenazas contra los exiliados políticos constituyen una forma de tortura y un acto de terrorismo de Estado. Machado ha exigido en reiteradas ocasiones la emisión de salvoconductos para que los seis opositores puedan salir del país de manera segura.
Asedio constante
Desde que ingresaron a la embajada argentina en marzo pasado, los seis opositores han sido objeto de un constante hostigamiento por parte del régimen de Maduro. A pesar de que la embajada se encuentra bajo la protección de Brasil, el gobierno venezolano ha revocado esta autorización y ha intensificado las acciones en contra de los exiliados desde el 23 de noviembre, según Urruchurtu.
La Plataforma Unitaria Democrática, la mayor coalición opositora venezolana, ha condenado este asedio y ha exigido a la comunidad internacional que tome medidas para garantizar la seguridad de los opositores, solicitando que «se emitan, cuanto antes, los salvoconductos para los seis compañeros«.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación de los opositores venezolanos refugiados en la embajada argentina. Estados Unidos, por su parte, ha exigido al gobierno de Nicolás Maduro que otorgue salvoconductos a los exiliados.
Sin embargo, hasta el momento no se han tomado medidas concretas para poner fin a esta situación. Los opositores continúan expuestos a un grave riesgo y sus vidas se encuentran en peligro, mientras las actividades de hostigamiento por los cuerpos de seguridad del estado van en aumento.