Cada 24 de diciembre en la noche en muchísimos países del mundo se celebra la noche buena, así llaman a la noche que antecede a la navidad, siendo el 25 de diciembre la fecha que se celebra la navidad, palabra que proviene del latín nativitate, cuyo significado es, nacimiento. No existe registrado en la historia, fecha exacta del nacimiento del redentor del mundo, por encontrarnos en el tiempo del adviento, entonces decimos que no existe la fecha exacta cuando nació el niño Jesús.
Fue el emperador Constantino en Roma que al convertirse al cristianismo y trescientos años después de la muerte de Jesús, escogió la fecha del 25 de diciembre, fecha en que los paganos celebraban el nacimiento del dios sol, entonces al emperador le pareció apropiada esa fecha para celebrar la llegada de Cristo Jesús al mundo y unir en una sola festividad a cristianos y paganos, con el enorme significado de que con el nacimiento de Jesús se celebraba entonces, la verdadera llegada de la luz al mundo.
Posteriormente encontramos que fue Justiniano, el artífice de las grandes reformas del Derecho Romano quien en el año 529, declaró formalmente como el día de la navidad cada 25 de diciembre, para que fuese celebrado ese día como la fecha en que nació el hijo de Dios. Entonces antes de la celebración de esta importantísima fecha en la que se celebra el nacimiento de Cristo Jesús, se desarrolla el tiempo del adviento, que es una antesala a la navidad y que ocurre durante cuatro domingos, antes del día de la navidad.
Pero ¿Qué es el adviento? La palabra proviene del latín adventus que significa venida, entonces es el tiempo que precede a la venida de Cristo al mundo. Es un tiempo donde los cristianos profundizan la reflexión sobre la paz, el amor y la alegría sobre la venida de Cristo y el nacimiento de Cristo. En muchos hogares se adornan las casas con una bella corona de ramas de pino sobre la mesa y cuatro velas, que significan los cuatro domingos antes del nacimiento de Cristo.
El adviento cada cristiano lo entiende y lo vive como el tiempo de preparación, de reflexión y de arrepentimiento, que cada uno lo interioriza al acercarse la celebración de la navidad, el cual nos conlleva a seguir transitando esperanzados de nuevo, nuestro camino con mucha fuerza para así continuar nuestra existencia terrenal con mucha fe cada uno de nuestros pasos.
Entonces finalmente y en medio de todo el corre corre que vive la humanidad en todos los rincones del planeta creyentes en Cristo y no creyentes que piensan que esta importante fecha es un tiempo de muchas celebraciones sociales y de compromisos festivos, es necesario también vivir el tiempo de adviento, con recogimiento y reflexión, con el significado real del mismo, dándole la verdadera importancia a la fecha de la llegada del Señor de la navidad, representado cada diciembre en la figura de Cristo Jesús, la verdadera luz del mundo, que la encontramos representada en la pequeña figura de un niño cobijado en un pesebre que cada año nos hace pensar en la importancia de la fe, del amor y la esperanza.
Astrid Liscano de Raad
