Cuba y Venezuela están experimentando un éxodo masivo de su población a un ritmo acelerado, según revelan recientes estudios y datos oficiales. Este fenómeno, sin precedentes en la historia de ambos países, ha generado un debate sobre las causas y consecuencias de estas migraciones masivas y su impacto en el futuro de los gobiernos cubano y venezolano.
Un estudio comparativo realizado por los profesores Silvia Pedraza y Carlos A. Romero revela que las migraciones no son simplemente una consecuencia de la situación actual de ambos países, sino que han sido un factor determinante en su desarrollo y, en última instancia, en su declive.
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Según los expertos, la salida masiva de cubanos y venezolanos ha privado a ambos países de talento, recursos y capital humano, debilitando sus economías y sociedades. Además, las diásporas resultantes han ejercido una influencia política significativa en sus países de origen y en la política internacional.
En el caso de Cuba, el éxodo ha sido constante desde la revolución de 1959, pero ha experimentado un nuevo auge en los últimos años. La pérdida de una generación joven y altamente cualificada ha tenido un impacto devastador en la economía cubana y ha contribuido al deterioro de los servicios públicos.
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En Venezuela, la situación es similar, aunque el éxodo se ha acelerado en los últimos años debido a la situación económica y política. Millones de venezolanos han migrado del país en busca de mejores oportunidades de vida, dejando atrás sus hogares y familias.
La diáspora según cifras oficiales
Según datos de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, la población de la isla se redujo en un 10% entre finales de 2021 y finales de 2023. Las cifras oficiales, publicadas en julio de este año, hablan de que los cubanos en Cuba pasaron de ser 11,18 millones a ser 10,06 millones en ese lapso de dos años.
ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, y OIM, la Organización Internacional para las Migraciones, calculan que desde 2014 se han ido de Venezuela 7,7 millones de personas, alrededor de un 20% de la población del país. Y estiman que los venezolanos siguen huyendo a un ritmo de 3.000 personas al día en promedio.
Silvia Pedraza, profesora de sociología de la Universidad de Michigan en Ann Harbor, explica que el éxodo no es solo una de las consecuencias de los procesos revolucionarios, sino que es verdaderamente una de las cosas que hicieron que triunfaran y se consolidaran las revoluciones de Cuba y Venezuela, y después que declinaran y terminaran al borde del precipicio, como están hoy.
En cuanto a las diferencias, «bueno, el fenómeno cubano es mucho más largo. Lleva 66 años, mientras que el venezolano, 25. Entonces, la revolución cubana tuvo lugar en el molde histórico de la Guerra Fría, mientras que la venezolana no tanto«, afirmó Pedraza.
Las diásporas cubana y venezolana han desarrollado una fuerte identidad política y han ejercido una influencia significativa en la política de sus países de origen y en la política internacional. Sin embargo, las divisiones internas y las diferentes visiones sobre el futuro han dificultado la unidad y la eficacia de estos movimientos revolucionarios.
