Desde el pasado 1 de diciembre, el aumento en las tarifas del pasaje urbano ha comenzado a aplicarse en Venezuela. La nueva tarifa mínima ha subido de entre 13 y 15 bolívares a 16, con variaciones que pueden llegar hasta los 18 bolívares, dependiendo de la ruta urbana.
Fernando Mora, director ejecutivo de la Cámara de Transporte Interurbano, se mostró crítico del aumento, afirmando que «el transporte urbano tenía una tarifa regulada de entre 13 y 15 bolívares, y ahora estamos hablando de un ajuste que no refleja la realidad económica del país«.
Mora explicó que, a pesar del incremento, el sector sigue enfrentando una situación difícil, ya que, en su opinión, «no entendemos cuando se habla de que se ajustó o se subió la tarifa. Todo lo contrario, la tarifa no fue homologada y estamos cobrando mucho menos que hace dos meses», lo cual, según él, está relacionado con la inflación y el contexto económico.
Uno de los principales problemas que enfrenta el sector de transporte en Venezuela, según Mora, es que el 80% de los insumos consumidos están dolarizados, lo que incrementa considerablemente los costos de operación. En este contexto, el director de la Cámara de Transporte Interurbano destacó que los subsidios a este sector no han sido suficientes, lo que ha provocado un envejecimiento del parque automotor del país y una mala calidad del servicio.
El Comando Intergremial de Transporte, compuesto por diversas organizaciones del sector, también expresó su desacuerdo con el aumento, argumentando que no es un ajuste justo ni suficiente para cubrir los costos reales. Mora sugirió que la solución ideal sería «anclar la tarifa al dólar» para evitar que se devalúe de manera continua, lo que proporcionaría estabilidad tanto a los usuarios como a los transportistas.
El dirigente también propuso que la tarifa real debería oscilar entre 1 y 2 dólares, una cifra que permitiría no solo mantener las unidades en condiciones óptimas, sino también iniciar un proceso de renovación de la flota de vehículos. Además, destacó la necesidad de que los subsidios sean dirigidos a los usuarios más vulnerables, como estudiantes y personas de la tercera edad, con el fin de hacer el servicio más accesible para este grupo de la población.
Finalmente, Mora hizo un llamado a un diálogo continuo con el Ministerio de Transporte, reiterando que «el peor servicio es aquel que no existe». En este sentido, la Cámara de Transporte Interurbano espera poder plantear sus inquietudes y propuestas en una próxima reunión con el ministro de Transporte, donde se buscarán soluciones para mejorar la calidad del servicio y garantizar la sostenibilidad del transporte público en el país.