La noche de este lunes 2 de diciembre, madres y familiares de jóvenes detenidos durante el contexto poselectoral del pasado 28 de julio se concentraron en vigilia frente a la sede del Ministerio Público, en Caracas, para exigir la liberación inmediata de los arrestados y justicia por las detenciones arbitrarias que han sufrido sus seres queridos.
Los manifestantes, en su mayoría mujeres, se agruparon con globos blancos, velas encendidas y camisetas con los rostros de los jóvenes arrestados. A través de sus protestas, denunciaron las condiciones de detención y las acusaciones infundadas que enfrentan los detenidos, quienes, según los familiares, son víctimas de un proceso judicial viciado y sin pruebas.
Uno de los testimonios más conmovedores fue el de la madre de Miguel Urbina, un adolescente de 17 años detenido tras las manifestaciones que siguieron a los comicios presidenciales. «Mi hijo tiene cuatro meses detenido sin apertura de juicio. Él ha pensado en el suicidio, dice que no va a pagar 10 años sin haber hecho nada», expresó la madre entre lágrimas. Urbina es solo uno de los muchos jóvenes a los que se les imputan delitos como terrorismo o asociación para delinquir, pese a la falta de pruebas en su contra.
Las familias denunciaron también el lento avance de los juicios y las precarias condiciones en las que los detenidos permanecen en las cárceles. Las condiciones de salud física y mental de los jóvenes, aseguran, se han visto gravemente afectadas por el aislamiento y las malas condiciones de los centros de reclusión.
“Nuestros muchachos son inocentes, ni terroristas, ni delincuentes”, gritaban las madres mientras sostenían pancartas con fotos de sus hijos. Además, exigieron la intervención de organismos internacionales de derechos humanos para presionar por la pronta liberación de los detenidos y la revisión de sus casos.