En Venezuela, la brecha entre los ingresos de los docentes y el costo de la canasta básica alimentaria sigue siendo una de las principales preocupaciones económicas del país. Según el último informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), un docente necesita 29,76 veces su salario mensual para poder cubrir el costo de la canasta básica, que está valorada en 539,79 dólares para una familia de cinco personas.
Este dato subraya la grave disparidad entre los sueldos del sector público y el precio de los productos esenciales. El salario promedio de un maestro en Venezuela es de aproximadamente 18,13 dólares al mes, lo que representa apenas un 3,4 % del costo de la canasta básica, generando un déficit del 96,6 %. La canasta alimentaria, que incluye 60 productos esenciales, ha mostrado un incremento de 8,22 dólares en comparación con septiembre, reflejando el impacto continuo de la inflación en los hogares venezolanos.
El panorama económico se agrava aún más cuando se observa la situación general del país. En octubre, la inflación en Venezuela alcanzó el 4 %, un aumento de 3,2 puntos porcentuales respecto al 0,8 % de septiembre. La tasa acumulada de inflación para los primeros diez meses del año llegó al 16,6 %, lo que sigue erosionando el poder adquisitivo de los venezolanos, especialmente de los trabajadores del sector público.
Uno de los factores clave en esta crisis es el salario mínimo, que permanece congelado en 130 bolívares desde marzo de 2022. Esta cifra se ha ido depreciando rápidamente debido al constante aumento del valor del dólar, que es utilizado como referencia para los precios en los comercios venezolanos. Adicionalmente, los empleados públicos reciben el «bono de guerra económica» de 90 dólares, lo que eleva su ingreso mensual a 132,7 dólares, un monto que, aunque representa un esfuerzo por parte del gobierno, no es suficiente para hacer frente a los crecientes costos de vida.