Un reciente estudio de la Unesco ha revelado una preocupante realidad sobre el mundo de los influencers, aquellas personas personas con un gran número de seguidores en las redes sociales, de 45 países fueron encuestadas, resultando que el 62% de ellos admite no verificar de manera sistemática la información antes de compartirla con sus seguidores.
Esta falta de rigor en la verificación de datos plantea serias dudas sobre la calidad de la información que circula en las redes sociales y su impacto en la opinión pública.
La encuesta «Detrás de las pantallas» (en inglés) de la Unesco es el primer análisis global de las motivaciones y prácticas de los creadores de contenido digital y de los desafíos a los que se enfrentan, realizada a 500 influencers de diferentes países, ha puesto de manifiesto que muchos creadores de contenido se basan en criterios poco fiables para determinar la veracidad de una noticia.
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El número de «me gusta» y «compartidos«, la opinión de amigos cercanos o la reputación del autor original son algunos de los factores que más influyen en sus decisiones.Todo esto, motivado por la tendencia de opinión ante un tema, argumentando que «confían» debe ser real cuando cumple con esos criterios.
La encuesta también ha puesto de manifiesto que la mayoría de los creadores de contenido digital (59%) no estaban familiarizados o apenas habían oído hablar de los marcos reguladores y de las normas internacionales relacionadas con las comunicaciones digitales.
El desconocimiento de esto, deja a estas personalidades de redes sociales en una situación jurídica expuesta a condenas en una lista de países.
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Esta situación se agrava por la falta de conocimiento de los influencers sobre los marcos regulatorios y las normas internacionales relacionadas con las comunicaciones digitales. Solo el 13,9% de los encuestados ha participado en programas de formación sobre estos temas.
Iniciativas colaborativas
La UNESCO ha señalado la importancia de que los periodistas colaboren con los influencers para garantizar la calidad de la información que se comparte en las redes sociales. Aunque los vínculos entre ambas comunidades siguen siendo escasos, y los medios de comunicación tradicionales solo representan la tercera fuente de información para los creadores de contenido.
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La Unesco y el Centro Knight para el Periodismo en las Américas (EE.UU.) colaboraron para impartir el primer curso mundial para la población encuestada que pidió conocer más sobre el tema, pues es una situación que los podría afectar en algún momento.
El contenido del curso fue diseñado para tratar el tema de la desinformación y educar a los creadores de contenido en cómo hacer frente a los discursos de odio.
El curso acaba de empezar, durará cuatro semanas y lo están siguiendo 9000 personas de 160 países. Durante la formación, todos ellos aprenderán a:
- Buscar información utilizando diversas fuentes.
- Evaluar y verificar la calidad de la información.
- Ser transparentes sobre las fuentes que inspiran su contenido.
- Identificar, desacreditar y denunciar información errónea, desinformación y el discurso de odio. Casi un tercio de los encuestados habían sido atacados con discurso de odio, pero la mayoría optó por ignorarlo.
- Colaborar con periodistas y medios de comunicación tradicionales para difundir información basada en hechos.