La reindustrialización y relanzamiento productivo para el sector privado, en los próximos diez años es la meta que se ha propuesto la Comisión de Liderazgo Emergente de Fedecámaras, en lo que constituye una especie de hoja de ruta que es el estudio denominado: Propuesta para el desarrollo del sector privado venezolano 2025-2035 , documento publicado en su portal Web.
Dentro de esta propuesta se toma factor fundamental a la pequeña y mediana industria, Mipyme en su acepción amplia de empresas participantes en todo tipo de actividad, con capacidad para insertarse en cadenas de valor y de incorporarse en ecosistemas y esquemas colaborativos.
Estiman que debe considerarse que el desarrollo tecnológico y la productividad no son golpes de suerte, ni procesos inertes que se desprenden de dotaciones iniciales más o menos favorables de un país. Esos elementos esenciales y determinantes exigen miradas a largo plazo y compromisos de convergencia de decisiones macro y micro. Los interrogantes que deben atenderse para el caso venezolano también deben considerar los desafíos que está enfrentando el planeta en cuanto a sostenibilidad, desigualdad, e infraestructura.
Admiten que una premisa sana para este ejercicio es aceptar la posibilidad de tocar paradigmas en todos los ámbitos posibles y pertinentes al objetivo propuesto. El país hacia el que queremos avanzar nos involucra como empresarios que superan visiones paternalistas del pasado, y pueden adoptar principios de autonomía para abrir espacios de economía colaborativa, condición previa a las formas de innovación que prevalecen en el mundo. También corresponde a empresarios y a ciudadanos, readaptar su relación particular con el Estado para asumir un protagonismo como contribuyentes interesados y proactivos, como contraparte de las intervenciones del Estado.
Consideran que es necesario hacer hincapié en esta revisión de los desafíos en cuanto a innovación. No es lo mismo la reconocida resiliencia que han tenido los empresarios venezolanos frente a escenarios políticos e institucionales adversos, que las exigencias de innovación y especialización que imponen los esquemas técnicos productivos en pleno desarrollo en el mundo. Hay que pasar de una manera de pensar a otra, sin posibilidad de optar a esquemas de protección.
Garantías de institucionalidad
La innovación, como es ahora, y cómo será en el futuro, requiere una institucionalidad y formas de arreglos contractuales que deben dar soporte a nuevas formas de inversión, financiamientos y alianzas. Los modelos de negocios tradicionales perdieron su pertinencia. Todo el tema de la innovación, la aproximación a los recursos naturales y el capital natural, así como las transformaciones asociadas con la conectividad y las tecnologías exponenciales, reformulan el contenido de la competitividad y la formación e intercambio de conocimiento.
Infraestructura-servicios-educación
Se pronuncian sobre la reflexión acerca de reindustrialización y relanzamiento productivo para el sector privado reconoce a su vez la íntima relación con las actividades de provisión de infraestructura, servicios y educación, y se elabora dentro de un paradigma que se centra en apoyar la incorporación de desarrollo tecnológico y la inserción productiva de Mipymes. Un aspecto particular que debe tenerse en cuenta es el papel de los servicios respecto a la actividad manufacturera y la consecuente lectura de los encadenamientos en los cuales se inserta la industria. El planteamiento de la reindustrialización comprende, a su vez, una exigencia respecto a políticas públicas en diferentes ámbitos, que pueden abordarse a partir de un marco institucional mínimo, así como un nuevo marco de referencia para la articulación entre todos los actores.
Estima la CLE que así como se plantea aprovechar activos, hay un acervo de conocimiento fundamental, pero que tendrá su máximo potencial en un abordaje muy estratégico para poder articular capacidades en los esquemas que nos exige adentrarnos en la competitividad.
Consideran que cualquier opción estratégica que se plantee el sector privado debe tener como norte la productividad. Es decir, que esfuerzos particulares y políticas públicas han de estar soportados en el reconocimiento y la posibilidad de aprovechar las mayores oportunidades para ser realmente productivos.
Para entrar en algún nivel de detalle, apuntan que a nivel global, el mundo está experimentando una profunda disrupción tecnológica que afecta la forma en que producimos, trabajamos, nos movemos, socializamos, aprendemos, nos entretenemos y consumimos, modificando nuestros estilos de vida y las formas de desarrollar las economías y las empresas. En ese contexto de despliegue de un creciente número de nuevas tecnologías surgen oportunidades para absorber y adoptar los estilos emergentes, lo cual dependerá en gran parte de la preparación de las empresas para actuar con anticipación.
Actuar con anticipación es una estrategia para aprovechar oportunidades cruciales, para “dar un salto”, y crear algunos “atajos” para alcanzar niveles más altos de desarrollo y bienestar, de conformidad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Señala el documento sobre el cual viene trabajando Fedecámaras, en función del mediano y largo plazo de la mano de la Comisión de Liderazgo Emergente de la Federación.