Antes de morir un genio ya ha trascendido en la vida. Es la diferencia con el deceso de un mortal común y corriente pero ese encuentro es inevitable sin que nadie pueda saltárselo.
A genios como Ernesto Sabato también la muerte les espera. La muerte es el destino final de todos los seres vivos. Un hecho misterioso al que todos tememos abordado por la filosofía por la naturaleza finita del ser humano en contraposición al Universo.
De la partida presencial del genial escritor argentino Ernesto Sabato han transcurrido trece años. Y sin embargo, todavía predomina de su persona el estereotipo del libro y periódico para comunicarse con el público.
Otros medios, como la radio, aparentemente muy poco contaron en esos lazos como escritor y personaje público. Ello a partir de la publicación de su primer libro Uno y el Universo en 1945 tras ganar un concurso de ensayo de la municipalidad de Buenos Aires.
Inevitable su encuentro con la palabra hablada, la primera forma de comunicación del hombre antes que la escritura impresa con sus funciones de modelado cultural del hombre.
En ese contexto resulta gratificante y hasta curioso encontrarse en las ondas hertzianas con la palabra de un hombre como Sabato. Esta experiencia, a manera de encuentro, ocurrió en el año 1986 a través de la onda corta de Radio Francia Internacional en una entrevista pocas veces registrada por nuestros lares.
Ello producto de la filosofía informativa de emisoras como la parisina que privilegian los tópicos culturales. Entrevista a cargo del periodista mexicano Enrique Atonal, quien se mostró a la altura de las exigencias de dicho compromiso en una grata conversación por lo dinámico.
Así disfrutamos, más que un académico interrogatorio, de un grato diálogo con sentido de la oportunidad para preguntar e interrumpir al entrevistado, más el conocimiento de la temática abordada por ambos. Es lo que podríamos denominar una joya radiofónica por su alto valor en lo periodístico, estético, contenido y forma.
Con su voz grave de inmediato Sabato cautiva y se impone cuando está ante el micrófono. Más el refuerzo de su discurso enfático, denso de contenidos hasta cierta rudeza denotativo de su carácter y personalidad del artista de la palabra insatisfecho por la angustia ante la injusticia y los padecimientos del hombre.
Desde el principio de la conversación el centro de atención lo pasó a constituir Sábato por la fuerza de su voz grave casi como un cañón, con lo cual no pretendemos negar las voces agudas que también cuenta en la radio pero cuando son debidamente educadas.
En ese sentido el escritor argentino fue un afortunado en cuanto a su voz única al igual que el mexicano Alfonso Reyes, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias o el venezolano Arturo Uslar Pietri. Dotados del poder para concitar la atención del radioescucha por un largo lapso sin cansar cuando lo establecido científicamente para la charla radial son 5 minutos máximo y un discurso en auditorio 25 minutos.
El argentino hablaba con arrebato con lo que sacudía el oído del público para cortar en forma seca la frase o la oración, muy propio de un hombre preocupado por las vicisitudes, adversidades y dolores que padecen sus semejantes. Era él la expresión de alguien hipersensible pero con controlables signos de un neurótico que apenas sube el tono de voz para hacer énfasis en lo que decía y nada más.
Así vocalización, entonación modulación, acentuación, sonoridad, pausa y silencios generaban en una armonía sonora de quien sabía hacer uso de ese magnífico recurso fonético de la voz al igual que la palabra escrita. Es el balance por la forma de ese programa en RFI con Sábato.
En transcripción libre matizada de la actualidad ofrecemos algunos aspectos de ese espacio. Por el fondo de lo tratado en esa ocasión, los temas fundamentales abordados fueron los del: lenguaje, los sueños, política, los palestinos y las dictaduras derechistas que en los años 70 azotaron a su país.
Polémico asunto relacionado con la “corrupción” del lenguaje para sobrevivir en la sociedad. Es así como el mismo debe descender a los niveles de lo coloquial, pues de lo contrario se expone a desaparecer. Según sus puntos de vista es lo que ocurrió con una lengua muerta como el latín que mantuvo su pureza sin corromperse. En su opinión dijo en esa ocasión: “El lenguaje se modifica y en ese proceso se corrompe. Solo una lengua viva se transforma”.
Una prueba la tenemos en el idioma inglés que no desapareció cuando dejó de ser exclusivo de la aristocracia y se lo apropió el pueblo con las inevitables modificaciones.
Sábato igualmente se refirió al tema de los sueños, un área en la vida del hombre que éste no controla. De esa forma afirmó que cuando nos acostamos no planificamos que soñaremos sino que quedamos a merced del inconsciente mental. El escritor le concede un gran valor a los sueños como actividad fisiológica.
El conflicto palestino-israelí ocupó otro fragmento de la entrevista con el mexicano Enrique Atonal. Al respecto reiteraba su inquietud por el sufrimiento del pueblo palestino que sigue en lucha por un pedazo de territorio y que no debe confundirse con terrorismo. Sabato una vez más clamó con angustia por justicia para ellos.
La política fue otro de los tópicos tratados en esta conversación radial ratificando sus denuncias contra las dictaduras que azotaron a la Argentina en los años 70 del siglo XX. Recordó su papel cumplido como presidente de la Comisión de la Verdad que permitió el encarcelamiento de los autores de las persecuciones, detenciones, torturas y asesinatos contra los opositores de dichos regímenes dictatoriales.
Al igual que su rechazo a la violencia ejercida por los jóvenes que le hacían resistencia. Decía él que estos también tenían en cuenta sus crímenes lo cual no cayó en su Informe de la Verdad. Un hecho que le suscitó las furibundas críticas de las Madres de Mayo, quienes lo consideraron una ofensa. En este aspecto mantuvo una posición imparcial y objetiva sin sesgos por ningún bando manifiesto en dicha entrevista. Era de los que pensaba que no existe una violencia buena y otra mala esgrimida por ciertos revolucionarios una vez en el poder.
Ernesto Sabato en RFI demostró la eficacia del discurso oral por el científico que dejó la física por la literatura y el comunista heterodoxo horrorizado por las atrocidades del estalinismo. Es él quien llamó a los escritores la “voz de su tiempo”.
Freddy Torrealba Z.