Un reciente estudio realizado por la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) ha revelado la grave crisis que atraviesa el sistema de salud venezolano. Según los datos recopilados entre enero y julio de 2024, el costo promedio para que un paciente pueda ser intervenido quirúrgicamente ha alcanzado los 103 dólares, una cifra más que elevada para la mayoría de la población.
La ENH ha afirmado que el 91% de los hospitales solicitan a los pacientes una lista de insumos médicos para poder ser operados, independientemente de la urgencia de la intervención. Esta práctica, conocida como «copago«, obliga a los pacientes a asumir costos adicionales que, en muchos casos, resultan imposibles de cubrir.
Déficit de insumos y largas esperas
El estudio también revela un preocupante déficit de insumos médicos en los quirófanos, con un índice de desabastecimiento que ronda el 74%. Esta situación se agrava en casos de emergencia, donde el la falta de insumos alcanza el 36%.
También reportan un promedio de 35 camas operativas en emergencia por hospital: esto representa 16 % de las camas totales de hospitalización. En cuanto a la atención de los partos, exponen que una paciente requiere de al menos 228 dólares para sus insumos básicos. “Esto representa más de 65 sueldos mínimos”, indicó la ENH.
Además, los pacientes que requieren atención de emergencia deben enfrentar largas esperas para recibir tratamiento. Según la ENH, un paciente con neumonía debe esperar en promedio dos horas para recibir el primer medicamento, mientras que en caso de infarto la espera es de una hora y 14 minutos. Estos tiempos de espera superan ampliamente los estándares internacionales recomendados.
Impacto en la salud de los venezolanos
El contexto actual en el sistema de salud venezolano tiene un impacto directo en la calidad de vida de la población. El alto costo de las intervenciones quirúrgicas, el desabastecimiento de insumos médicos y las largas esperas en las emergencias ponen en riesgo la vida de miles de personas.
Esta grave situación sanitaria es el resultado del deterioro progresivo del sistema de salud venezolano. La falta de inversión en infraestructura, la escasez de medicamentos e insumos médicos, y la fuga de talentos hacia otros países han contribuido a esta situación crítica. Además, las sanciones internacionales, han dificultado aún más la adquisición de equipos médicos y medicamentos esenciales.