El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, expresó que, a pesar de los recientes roces diplomáticos y las tensiones entre Brasilia y Caracas, el país no tiene intención de romper los vínculos diplomáticos con Venezuela.
En una sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Congreso, Vieira subrayó que, aunque las relaciones se hayan visto afectadas por los conflictos políticos recientes, Brasil sigue reconociendo a Venezuela como Estado y no a su gobierno, y que el país mantiene su postura de diálogo y negociación en lugar de aislamiento.
«Reconocemos Estados, no gobiernos»
Mauro Vieira aclaró que, aunque el grado de las relaciones diplomáticas entre ambos países haya disminuido debido a los desacuerdos y declaraciones mutuas, Brasil sigue creyendo que el diálogo es la única vía para lograr una solución pacífica en Venezuela. «Por el contrario, diálogo y negociación, no aislamiento, son la clave para cualquier solución pacífica en Venezuela», afirmó el ministro.
En cuanto a los últimos intercambios entre ambos gobiernos, Vieira confirmó que, a pesar de las tensiones, las autoridades brasileñas y venezolanas siguen en contacto. De hecho, Vieira reveló que mantiene conversaciones con su par venezolano, Yván Gil, y que están trabajando en la salida de seis opositores venezolanos que actualmente se encuentran bajo asilo en la Embajada de Argentina en Caracas.
No hay ruptura de relaciones, pero sí tensión
A pesar de la reducción en el nivel de las relaciones diplomáticas, el ministro Vieira destacó que Brasil no retirará a su embajadora en Venezuela, Glivania de Oliveira, y que el embajador venezolano, Manuel Vadell, puede regresar a Brasilia en cualquier momento. El ministro subrayó que las relaciones pacíficas y respetuosas con los países vecinos siguen siendo un pilar de la política exterior brasileña, insistiendo en que Brasil continúa reconociendo a Venezuela como Estado y no enjuiciando a su gobierno.
La relación entre Brasil y Venezuela ha sufrido un deterioro progresivo, especialmente desde las elecciones presidenciales en Venezuela en julio de 2024. En marzo de ese mismo año, el gobierno de Brasil criticó abiertamente a las autoridades venezolanas por impedir que la oposición registrara candidaturas para los comicios, lo que exacerbó las tensiones entre ambos países.