El precio que viene alcanzando el dólar cotizado por el Banco Central de Venezuela demuestra que éste, como se había previsto al comienzo del año, no tendría la capacidad de intervención en el mercado porque para poder tener un bolívar sobrevaluado implicaba tener un fuerte caudal de divisas estadounidenses, que absorbiera todo el incremento de la demanda.
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Así lo expresa, al ser entrevistado por El Impulso, el doctor Orlando Zamora, profesor universitario, experto en economía internacional, banca y analista financiero, quien por más de un cuarto siglo fue jefe de la División de Riesgo Cambiario del Banco Central de Venezuela.
De acuerdo con la información que nos proporciona, el ente oficial ya no puede seguir inyectando la cantidad de dólares a la banca nacional, la cual está recibiendo apenas ahora unos 85 millones de dólares para atender la demanda nacional. Y, por supuesto, la divisa estadounidense escala valor hacia arriba.
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¿Qué es lo que está ocurriendo hoy en día?
Está creciendo la demanda por varias razones. Una de ellas es el tiempo: noviembre y diciembre son los meses en los que aumenta el volumen de importaciones y, desde luego, las compras de fin de año. Otra es que, no obstante los problemas económicos que afectan el país, hay sectores que registran crecimiento, en particular el de los alimentos, el farmacéutico y el turístico. Y hay una demanda que no puede ser satisfecha por la banca nacional, la cual se traslada a un mercado que es cierto: el paralelo.
¿Por qué el paralelo es un mercado cierto?
Porque toda transacción que se hace, se cumple.
¿Existe una diferencia con el mercado oficial?
Como ya lo expresé al hablar acerca de las reservas del Banco Central, en el mercado oficial se reducen las entregas. Las cantidades que se entregan son cada vez menores. Existe ese problema. Es una cuestión, llamémoslo suerte, de llegar a tiempo cuando se hace la solicitud. Cuando el sistema cierra no hay acceso e inevitablemente todo los que requieren urgentemente de divisas tienen que acudir al mercado paralelo. De hecho, esta situación debe producir, anímicamente, alguna consecuencia indudablemente.
A todos los factores que he mencionado se une la incertidumbre, porque las personas que tengan recursos en bolívares se preguntan: ¿Qué irá a pasar? ¿Cómo se vislumbra el país para el año que viene y el cual lo tenemos encima? Entonces, por lógica, prefiere que ante la aparición de cualquier situación, tenga moneda extranjera, concretamente la que le garantiza más seguridad como es el dólar. Hay, por tanto, una demanda de dólares, incentivada por esa incertidumbre.
¿Cuántos dólares le estaba inyectando el BCV a la banca nacional?
El BCV mantenía hasta hace pocos meses una inyección de hasta 185 millones de dólares, cantidad que se fue reduciendo a 85 millones. En algunas ocasiones inyectaba a comienzos y mediados de la semana, pero todo eso dejó de tener efecto e impacto, porque el Banco Central depende del flujo que le provea Pdvsa o de las empresas extranjeras que necesiten bolívares. Como hay una reducción del ingreso de divisas, al BCV se le dificulta que pueda mantener el esquema.
¿Qué le indica su experiencia en materia cambiaria?
Yo creo que la gran lección dejada hasta ahora es que el esquema de anclar el tipo de cambio ha quedado atrás. Ha sido superado por la creciente demanda de divisas y por un ligero crecimiento que tenían algunos sectores. Evidentemente, la actividad económica va a crecer según los indicadores conocidos al momento. No como ha dicho el gobierno nacional, que no sabemos de dónde sacó sus cálculos y lo ha situado en 10 por ciento, sino como las estimaciones de los expertos, ya que el Fondo Monetario Internacional lo sitúa en el 3 por ciento y hay algunos economistas que llegan hasta el 4, 5 por ciento y otros que creen que podría llegar a 5 por ciento.
Como analista financiero, ¿qué nos puede decir acerca de esas proyecciones?
Todos los factores analizados nos indican que la economía trata de buscar recursos. Pero, hay un hecho a considerar seriamente: las importaciones. Este país depende demasiado de las importaciones, las cuales han llegado a niveles de 13 mil millones de dólares. Ha habido un aumento del ingreso por parte del Estado, pero insuficiente porque tiene demasiadas necesidades propias.
Ante estas circunstancias, ¿cómo ha visto el cambio por parte del gobierno?
La posibilidad de mantener un tipo de cambio estancado, estable, se dio por más de un año, casi año y medio. Eso es insostenible porque la propia ley de la oferta y la demanda estimula al mercado
y la única vía que tiene el mercado es por la vía de precios. Subir los precios. Y si sube la demanda, a la par con ella, suben los precios, todos los precios.
Pero, volvemos al cambio oficial y al cambio paralelo..
Lo hemos dicho otras veces. En un mercado libre no tiene porqué haber dos precios. Eso también está demostrando que el mercado cambiario no es libre, es un mercado a que llaman libre, pero tiene
cuotas determinadas. No a todos los bancos les llegan las divisas. No hay una actuación suficiente por parte de sectores distintos a la autoridad monetaria.
¿Cómo es eso?
No hay ofertas de otros actos. No hay ofertas de productores. No hay ofertas de un mercado interbancario, que sea el que recoja las verdaderas necesidades del mercado.
¿Cómo se puede entender un mercado libre?
Cuando todas las personas van a un banco a obtener dólares y pueden vender dólares sin ninguna traba, y hace que el mercado vaya formando los precios de acuerdo a la realidad. A mayor oferta de dólares, los precios tienden a bajar. Pero, si por el contrario, la oferta es mediana, se estanca o baja, entonces, se produce la reacción natural del aumento de precios. Aquí se cumple el viejo refrán de que es imposible tapar el sol con un dedo.
A todas estas, ¿el bolívar está bailando en un tusero?
No puede funcionar un tipo de cambio en el cual se retraiga al bolívar como si el bolívar fuese una moneda fuerte. El bolívar no tiene ninguna fortaleza, lamentablemente.
¿Cómo se ha llegado a tal debilitamiento?
Fundamentalmente porque detrás del bolívar no hay reservas internacionales. La realidad ha llevado al Banco Central a desechar lo que es la concepción de reservas internacionales.
¿Tiene eso alguna explicación?
La concepción de reservas internacionales es un flujo permanente de divisas que entran y salen, que dan confianza, capaz de satisfacer la demanda interna e incluso capaz de satisfacer pago de deudas pendientes. En Venezuela están suspendidos los pagos de deuda, una situación muy delicada y conocida internacionalmente. Y también llama la atención que el concepto de reservas internacionales no se está cumpliendo como tal. Prácticamente, esa es una figura decorativa.
Insisto por lo que está diciendo en la situación del pobre bolívar…
La confianza en el bolívar depende de la circunstancia en que la gente por un acto de fe pueda creer en él. Pero, elementos concretos como un crecimiento sostenido, reservas internacionales, políticas claras y acertadas con respecto al manejo de las políticas económicas es lo que podría lograrse que la gente creyera en él bolívar
Hace cierto tiempo, funcionarios y partidarios del gobierno hablaban pestes del mercado paralelo, lo satanizaban porque decían que era operado desde Colombia y los Estados Unidos, pero después que el dólar se montó sobre el manso bolívar, que dejó de ser fuerte y soberano, entonces las transacciones con los billetes verdes se convirtieron en moneda corriente en el país. ¿De dónde salen esos dólares del mercado paralelo si no los inyecta el Banco Central?
En Venezuela hay ofertas de divisas, distintas a las oficiales. Hay sectores que tienen dólares y están realizando los negocios que deben efectuarse cada día. Se estima que el 70 por ciento de los negocios de alimentos, fármacos o importaciones de bienes, etcétera, dependen de unos pocos sectores. Y éstos tienen capacidad para generar divisas. Incluso, hay remodelaciones de instalaciones de gran envergadura, como la remodelación del estadio de Puerto La Cruz que se acaba de terminar. Alguien decía el otro día que parecía ridículo que se hablara del mercado paralelo y pedía que vieran los nombres de quienes mantenían ese mercado, que nadie los conocía. Lo que pasa es que son algunos los que publican los precios; pero, el mercado paralelo es todo acuerdo que realicen los ciudadanos al margen de las divisas oficiales. Todo el que concuerde un intercambio por cualquier vía, eso es mercado paralelo. Todo el que establezca un financiamiento con unas condiciones determinadas, eso es mercado paralelo. El mercado paralelo es la acción inevitable que hace cualquier agente económico para obtener divisas o para venderlas.
¿Y por qué le dicen, entonces, paralelo?
Porque el dólar oficial deja de ser un mercado libre. El dólar oficial se debería desplazar exactamente igual a como se mueve en el mercado paralelo. En otras palabras, si el mercado fuese libre no existiera el mercado paralelo, porque todo el mundo acudiera al mercado libre, todo el mundo sabría donde encontrar las divisas, todo el mundo tendría confianza en obtenerlas, no habría nerviosismo en las compras porque todo el mundo sabe que en el momento en que las necesite van a ser cubiertas por un mercado libre.
Según lo que nos está diciendo y tomando en cuenta que el Banco Central no tiene suficientes divisas, el mercado paralelo tiende a mantenerse por siempre…
En Venezuela, definitivamente, no existe un mercado libre. Hay restricciones a los bancos. Éstos , prácticamente, son intermediarios de recursos que le proporciona el Banco Central. Pero, los bancos con sus vínculos al resto de la economía son incapaces de generar divisas. Nadie les lleva divisas. Y por eso reitero que no hay mercado libre porque alguien quiere establecer una meta de precios. Los mercados son la realidad. O se mantienen estables, porque las cosas están saliendo bien, o por el contrario, hay cosas irregulares, hay escasez de ofertas.
Usted decía que ya el Banco Central no tiene cómo seguir inyectando dólares a la banca, existe incertidumbre por lo que puede venir y los precios seguirán subiendo. ¿Tendría el gobierno alguna alternativa que impida que se propague el nerviosismo de la gente?
Las propias autoridades oficiales han tomado conciencia de que tenían que desplazarse por el cambio. Ya no es aquel dólar que estaba en los niveles de 36 bolívares y duró cierto tiempo. De alguna manera, las autoridades que tienen que ver con el cambio cambiario dejaron que hubiera un desplazamiento progresivo. Prácticamente, se operó un 20 por ciento de depreciación; no de devaluación porque ésta se oficializa y hace pública.
¿Cómo entenderla?
La depreciación se deja desplazar, se tolera e interviene menos el Banco Central. Eso explica por qué descendió de 36 a 42 bolívares, seis bolívares que representa un veinte por ciento.. Claro, la autoridad no quiere que siga de otra manera, trata de repetir la política de anclaje sobre el nivel de los 40, tratando de que el dólar no siga su desplazamiento hacia los 55 ó 60. Porque cada vez que se desplaza el dólar crece el nerviosismo y, automáticamente, aumentan los precios.
¿Cómo ve ese dólar, en una palabra?
Impactante. Más impactante que antes porque los precios se calculan ahora en dólares.