En el mundo no cesa la lucha entre lo nuevo y lo viejo. En consecuencia todo lo nuevo en su desarrollo afronta problemas, entre estos la de oponentes que suelen objetarlo por diversas causas. Es lo que ha ocurrido en las diversas esferas de la vida del hombre en su lucha por transformar el entorno.
Las instancias del arte y la cultura no escapan a la permanente confrontación. Es el caso de la música salsa surgida formalmente en el año 1965 en la ciudad estadounidense de Nueva York tras un proceso de decantación en que participaron artistas de países de la cuenca caribeña, principalmente de Cuba con su aporte de la expresión del son su raíz.
Así pues cuando se registra el acontecimiento artístico de la salsa emergen sus oponentes quienes con o sin razón arremeten contra el mismo. Hubo quienes consideraron un saqueo las versiones que hizo la Fania All Stars de varios géneros y temas musicales de la cuenca del Caribe.
Entre estos se cuenta principalmente a Dámaso Pérez Prado, Daniel Santos y Celia Cruz venidos los tres del mundo de la música caribeña y tropical. Cada uno tiene sus propios argumentos para objetar la nueva música a la que el músico de origen puertorriqueño Eddi Palmieri le dio el toque definitivo con la incorporación del trombón y Jhonny Pacheco el primero en vocalizarla. Los tres tenían reservas y recelos sobre el novedoso movimiento musical
El primero en encabezar aquella cruzada anti salsa es Dámaso Pérez Prado. Al tiempo que la desvaloriza curiosamente se considera su creador con los géneros de su autoría, en los años 50, del cha cha cha y el mambo. Pérez Prado es muy duro en sus pareceres sobre el nuevo ritmo.
En Febrero de 1983 afirma que “La salsa es un producto publicitario para idiotas”. Y agrega que se trata de pura guaracha.
Pero paradójicamente el Rey del Mambo se atribuye su autoría cuando explica que “Yo hice los arreglos de lo que ahora se llama salsa para que la cantaran Cascarita y Benny Moré en los años 42”.
Pérez Prado asevera que ese ritmo se trata simplemente de un nombre cuando expresa: “Ese grupito de la Fania All Stars de Nueva York ha inventado un nombre para vender el espíritu de un pueblo”. Cuestión que plantea las dudas sobre si la salsa es un género o un ritmo sobre el cual hay opiniones divididas.
Celia Cruz se suma a la cruzada sosteniendo que se trata de un plagio o copia de la rica música cubano. Al respecto opinaba que es “una pieza cubana con arreglo norteamericano”. Así nos lo dijo en la segunda mitad de la década de 1980 cuando visitó el Mundial Tricolor previo a un concierto en el Domo Bolivariano.
Citamos el ejemplo del tema interpretado por Héctor Lavoe “Rompe Saraguey” originalmente un son cubano adaptado para la salsa. Es lo que algunos han llamado saqueo a la música cubana.
Con todo, Cruz se convirtió en una rutilante estrella del mestizo género musical con la orquesta Estrellas de Fania All Stars siendo llamada “La Reina de la Salsa”. Le dejó fama y buen dinero.
Mientras que el Inquieto Anacobero Daniel Santos opinaba de manera similar a la de Celia Cruz. Es un género que nunca abrazó en su carrera de coautor manteniéndose en los parámetros del bolero y ritmos tropicales como la guaracha. En el género bailable destaca la guaracha del compositor cubano Pablo Cairo titulada “Vive como Yo”, poco conocida.
De acuerdo con sus opiniones ambos lo percibían como un plagio o copia de la música cubana.
La salsa no las tuvo todas consigo en sus principios. Pues no faltaron sus oponentes por sus raíces en el barrio con presencia del malandro. Sin embargo, la salsa confirma la condición multicultural de la sociedad estadounidense donde nace y evoluciona en una especie de mestizaje musical. Ha demostrado no ser una moda más de efímera existencia. La salsa, síntesis de los ritmos afrocaribeños.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11