Casta J. Riera, quien fuera Mujer de Venezuela en reconocimiento a sus méritos como educadora, periodista, editora, promotora cultural y defensora de los derechos sociales de la mujer, además de dedicarse a causas justas por la salud y el progreso de Barquisimeto, está recibiendo merecidamente el homenaje de la sociedad larense al cumplirse el 50 aniversario de su sensible fallecimiento.
Así lo ha declarado a El Impulso, la licenciada María Lourdes Ríos Carmona (v) de Chiossone, mejor conocida como Yuyita Chiossone, al indicar que en esta conmemoración están participando la Fundación Casco Histórico de Barquisimeto, el Consejo Consultivo de la Ciudad, la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, la Red de Instituciones Larenses, la Fundación Sociedad Amigos de Barqusimeto, la Asocación de Cronistas de Lara, Proinlara y Amigos de la UCLA.
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Por su parte, Carlos Guerra, miembro del Casco Histórico de Barquisimeto, dijo que la idea de rendirle homenaje a Casta J. Riera surgió el año pasado en esa institución y se formalizó a comienzos del presente para darle presencia durante este 2.024 a una de las personalides más relevantes del siglo pasado en nuestra capital.
Entre las propuestas planteadas estuvo la posibilidad de que las autoridades municipales, comenzando con la alcaldía de Irribaren, acompañaran a la sociedad larense en el proyecto de erigirle un monumento a tan prestigiosa dama en la plaza Los Ilustres, en la cual se le rinde homenaje a figuras importantes de nuestra ciudad.
Como la señorita Riera murió el 26 de octubre de 1.964, se esperaba que la alcaldía de Iribarren, diera respuesta a la solicitud formal que se le hizo; pero, lamentablemente, ni siquiera hubo respuesta alguna al planteamiento, al parecer, porque se ignora la trayectoria de las múltiples actividades que realizó la extraordinaria homenajeada en pro de Barquisimeto.
Lamentable es que a estas alturas no se conozca una personalidad tan polifacética como fue Casta J. Riera, cuya proyección como ciudadana ejemplar merece el reconocimiento permanente de la capital larense, subrayó Guerra. Barquisimeto ha tenido muchísimas mujeres valiosìsimas en la educación, cultura, artes, ciencias, técnica y otras actividades, pero, quien merece el mayor homenaje fue esta figura emprendedora, que reunió todos los méritos.
En una época en que la mujer estuvo relegada, ella surgió con un talento excepcional, convirtiéndose en la primera periodista de Lara, siendo la más entusiasta en que se fundara en nuestro estado la Asociación Venezolana de Periodistas y ella misma redactó y editó una revista, a la cual denominó Alas, para echar a volar el pensamiento y la libertad de expresión en esta región.
El acta constitutiva de la AVP, germen del Colegio Nacional de Periodistas en Lara, fue suscrita en su residencia, refirió Guerra. Ella quiso profesionalizar a las mujeres para que desempeñaran funciones distintas a las de ama de casa y fue así que fundó una academia, transformada más tarde en instituto, donde salieron jóvenes muy bien formadas para cumplir actividades en el comercio y en las industrias.
Si a los 27 años se había convertido en editora de la primera revista hecha por una mujer, también destacó en el campo literario porque le editó libros a jóvenes que después se convirtieron en grandes escritores, siendo ella la que dio a conocer las primeras poesías de Rafael Cadenas, el más importante poeta venezolano que existe en la actualidad y quien se ha hecho acreedor a los premios más significativos de la lengua castellana, incluido el Premio Cervantes.
A las cinco de la tarde, después de concluir las clases en la academia y después instituto que creara, esta institución se convertía, prácticamente, en el ateneo de Barquisimeto.
Ella trajo a la ciudad a figuras descollantes del mundo intelectual, como Mariano Picón Salas, Andrés Eloy Blanco y al impresionante Pablo Neruda, quien llegó a declamar sus poemas a las alumnas del Mosquera Suárez. Cosas insólitas como éstas hacían de Casta J. Riera una figura deslumbrante no sólo en Barquisimeto sino en el resto de Venezuela.
Como benefactora de la población más vulnerable, ella fue la creadora de la célebre estampilla de navidad, ya que junto con su gran amigo, el doctor Luis Gómez López, salían a vender esa estampilla con el propósito de que todos los fondos recaudados sirvieran al Antituberculoso de Barquisimeto.
Sería muy extenso hablar de lo que hizo Casta J. Riera, merecedora del homenaje que se le está tributando y seguiremos dándole este año, ya que descolló en todas y cada una de las actividades que realizó espontáneamente.
No se logró que se le colocara un busto, ni tampoco se ha logrado que su nombre lleve una calle o por la esquina de la carrera 17 con la calle 30, donde estuvo su plantel educativo, o en esa misma carrera con la calle 29, donde residió. Pero, lo importante es que la vigencia de su pensamiento y la trayectoria que tuvo en la ciudad, indudablemente, está presente.
