El fonógrafo fue patentado por Tomás Edison en 1877, el sonido era registrado en cilindros de cera en los que se grababa música y voces. El primer fonógrafo llegó a Barquisimeto en 1896 y se cobraba por ir a oírlo en una casa ubicada en la esquina de El Baúl.
Luego vino el gramófono, aparato que en vez de cilindros utilizaba discos. La primera marca llegada a la ciudad fue la famosa «Víctor Talking Machine” o «La del Perrito» como se le conocía más comúnmente por el can que aparecía en la carátula de los discos, mascota emblema de la afamada marca que existió en la vida real y se llamaba Nipper.
Los tocadiscos o vitrolas eran la principal fuente de entretenimiento en los hogares y ni la llegada de la radio en 1926 a Venezuela pudo cambiar aquella afición. La publicidad de los Discos Víctor era muy común en la prensa nacional y por supuesto, las páginas de El Impulso.
Aunque al principio este hobby podía resultar un tanto costoso oír y bailar en casa con los músicos y artistas favoritos, era un deleite que muchos aprecian grandemente. Conforme pasaban los años la afición por la música grabada se hacía más popular, hasta su desaparición hace tan solo unas décadas con los nuevos formatos y tecnologías que coparon el mercado con la música electrónica y digital.