#OPINIÓN Red de Instituciones Larenses: ¿Crimen ecológico? (Parte III) #23Oct

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“Se trata de encontrar la manera de que la especie humana logre convivir con la naturaleza… de manera armoniosa.”

Retomo las palabras pronunciadas en innumerables oportunidades…

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Es perentorio conseguir un medio para llegar a las comunidades y llamar su atención para lograr la reflexión necesaria y posterior toma de “decisiones apremiantes” que conlleven a la población en general y, muy especialmente, a las autoridades a quienes, por haber aceptado la autoridad suficiente para cumplir con sus responsabilidades, compete aplicar las acciones necesarias y ejecutar las actividades pertinentes para parar la grave problemática ambiental que ha sido ocasionada, indiscriminada e impunemente, y que atenta contra la preservación de la vida: vegetal, animal y humana. Situación que estamos enfrentando en el estado Lara hace más de 20 años; fundamentalmente, en la denominada “Sierra de Portuguesa,” y en el comienzo y fin de la “Cordillera Andina;” donde se encuentran las nacientes de ríos tributarios de tres (3) Cuencas Hidrográficas: La Orinoquía (Que forma parte de la Amazonía), la Cuenca del Mar Caribe y la Cuenca del Lago de Maracaibo; ríos que aportan el agua dulce al ochenta y cinco por ciento (85%) de la población larense y riegan extensas zonas agrícolas del estado Lara, del estado Portuguesa, y del Valle de Aroa; zonas donde se están ejecutando, ilegalmente, acciones devastadoras que están exterminando la biodiversidad de manera acelerada e irreversible, realidad que, más temprano que tarde se hará sentir, “inclementemente”, por la escasez de alimentos, el cambio climático, la falta de oxígeno, el agotamiento del agua, todos esenciales para preservación de la vida.

La represa “Félix de los Ríos”, mejor conocida como “Dos Cerritos” tiene sedimentos en la mayor parte de su potencial porcentaje de almacenamiento y es conocida la problemática que enfrenta la represa de Atarigua que aporta el vital líquido a la población de Carora; y que está ubicada aguas debajo de “Dos Cerritos”, siendo surtida por el mismo Río Tocuyo; las nacientes del Río Yacambú, que nutre la esperanza de agua dulce a través de la represa de la construcción eterna, están siendo devastadas al igual que el “Valle del Turbio” y nos preguntamos: ¿Si es que se concluye su construcción, con qué agua se va llenar un tobo de 352 kilómetros cuadrados de superficie, como lo es la Represa Yacambú?

 Y, si continúa el ecocidio que, por informaciones emanadas de algunos habitantes del sitio, delincuentes, invasores de oficio, están realizando en la montaña aledaña al caserío “Santa Marta,” ubicado en la parroquia Hilario Luna Luna, municipio Morán, de este estado Lara, zona que constituye lo que denomino , una Mesopotamia, por estar entre los ríos Portuguesa y Morador, de los cuales es zona protectora pero, más del río Morador, porque allí, se encuentran las nacientes de las quebradas que son sus primordiales tributarias: la quebrada San Lorenzo, Los Aguacates y principalmente en las nacientes de la quebrada “El Humo” que es la que suministra el agua dulce a los habitantes del caserío “Santa Marta.” 

Emulando el pensamiento de Monod y a un expresidente de la República podría aseverar…

“El ser humano es el único ser viviente que realiza acciones que le llevan al auto-suicidio”

¿Cuál es el futuro de la represa Dos Bocas, el proyecto, aún no culminado, planifica la obra con aguas del Río Yacambú y del río Bucaral, cuencas que están siendo depredadas desde sus cabeceras, y es la esperanza de agua dulce para las poblaciones de Turen, Acarigua-Araure, Yaritagua, el este de Barquisimeto y para los municipios Simón Planas y Palavecino? También ha sido denunciado que, la “Represa Guaremal” se convirtió en un depósito de arena y barro.

Sólo parando este desastre ambiental podríamos emprender la recuperación de estas áreas de alta fragilidad ecológica; lo cual, si no es irrecuperable, no va a ser fácil o inmediato. 

El “Valle del Turbio” no es más que la punta de Iceberg de lo que ocurre al sur del estado Lara. Son impredecibles las consecuencias del desastre ecológico que se está realizando en el área de lo que fuera un valle verde, productor de alimentos; de gran parte del azúcar que ahora tenemos que importar para completar las necesidades del pueblo. Era la zona protectora del ambiente de Barquisimeto y Cabudare, cuando generaba frescura, y más importante aún nos producía el oxígeno necesario para la subsistencia; imposible obviar la importancia que revestía a la actual metrópolis la innegable desaparición del “Bosque Macuto”; porque, además, era zona preservadora de la “Montaña del Altar, mejor conocida como Terepaima”… Alfa y Omega de la Cordillera de los Andes.

¿Se seguirá violando la Constitución Nacional y 7 leyes protectoras del ambiente, impunemente? ¿A quién compete parar este ecocidio?

Maximiliano Pérez Apóstol

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