En la avenida Hermann Garmendia a la altura del colegio Rioclaro, aguas negras recorren con un caudal moderado dejando a su paso una estela de malos olores y amenazas de enfermedades como el dengue, que cuenta con un gran número de casos en la región. Habitantes del sector requieren la ayuda de las autoridades en búsqueda de la mejora en su calidad de vida.
En un recorrido de EL IMPULSO por la mencionada avenida, se logró notar que líquido fétido transcurría su curso por la congestionada vía, tras seguir la pista de lo acontecido, se encontró una tanquilla deteriorada que permitía la circulación de aguas negras.
Según comentan vecinos de la zona, el agua residual proviene de unos hoteles cercanos que se encuentran en el perímetro de la avenida y por motivos de daños en las cloacas, el líquido no es canalizado y toma vías alternas afectando los hogares cercanos al sitio.
María Quiroz, habitante del sector, indicó que la comunidad ha hecho varias solicitudes de reclamo a la empresa Hidrolara, pero la empresa no escucha sus necesidades. Además expresó que la fetidez ingresa a sus hogares impidiendo el desenvolvimiento correcto de las labores del hogar.
“Hacemos un llamado a Hidrolara para que solucionen el problema de cloacas que tenemos en el sector desde hace varios meses, según un estudio hecho por el consejo comunal, se pudo concluir que la tubería matriz puede estar deteriorada. Estas aguas residuales pueden generar la reproducción masiva del mosquito patas blancas amenazando la calidad de vida de nuestros niños y ancianos, quienes son los afectados principalmente”.
El venidero ciclo invernal previsto para la segunda semana del mes de mayo, amenaza a los habitantes de la zona que temen por el incremento del flujo de líquido alrededor de sus hogares.
El criterio colectivo indica que se acrecentará el problema debido a que genera grandes problemas de contaminación y salud pública.
