A las 10 y 30 de la mañana de este jueves, Alexander Humberto Oquendo Páez, de 54 años de edad, se encontraba con un amigo cambiando las pastillas de frenos de su auto cuando lo asesinaron.
El hombre, padre de 12 hijos, estaba frente a su casa, debajo de un auto Chevrolet Celebrity año 84, color azul, matrícula KCG-448, de su propiedad.
Acababa de sacar la rueda del lado del piloto y se metió debajo del carro para revisar unas piezas. En ese momento apareció un sujeto, lo llamó por su nombre y apenas “El Maracucho”, como le conocían en la zona, se puso de pie, le disparó en al menos ocho oportunidades.
El violento hecho tuvo lugar en la manzana M-12, casa número 4 de la urbanización Las Sábilas, al norte de la ciudad crepuscular.
Una vez cometido lo que las autoridades policiales presumen como ajuste de cuentas, el asesino guardó el revólver plateado y salió caminando por una de las veredas del popular sector abandonando la escena del crimen.
Con la urgencia del caso, el amigo del Maracucho y otros familiares lo embarcaron en un Malibú azul y lo trasladaron al ambulatorio de Tamaca pero ingresó sin signos vitales.
Escenas de dolor, llanto y pesar se evidenciaron en las afueras del centro de salud en momentos en que funcionarios del Cipcp llegaron para trasladar el cadáver a la morgue del hospital Antonio María Pineda.
Amigos y familiares, entre ellos, Giorgina Campos, indicaron que la víctima había nacido en Maracaibo pero llevaba viviendo en Las Sábilas varios años.
Oquendo regentaba un negocio denominado Alam Sistem, de instalación de equipos GPS, tenía en la zona un cyber y rapiditos.
Sus seres queridos también explicaron que la víctima era sargento superior jubilado de la Guardia Nacional, pero de fuentes dignas de todo crédito se aclaró que esa información era falsa.
Fotos: Edickson Durán