Bayern Munich dio una extraordinaria muestra de superioridad, barrió 3-0 al Barcelona y avanzó el miércoles a la primera final alemana de la Liga de Campeones.
El equipo de Jupp Heynckes humilló al Barsa con un 7-0 global (4-0 en la ida), un resultado casi impensable para un equipo blaugrana acostumbrado a ganar todo y que empieza dar señales de que llega al final de un ciclo.
Bayern se clasificó a su tercera final de la Liga de Campeones en los últimos cuatro años y enfrentará el 25 de mayo en Wembley al Borussia Dortmund, que eliminó el martes al Real Madrid con un sufrido 4-3 global.
Bayern ya aseguró el título de la Bundesliga, y también está clasificado a la final de la Copa de Alemania, por lo que podría conseguir un triplete inédito para el fútbol germano.
Barcelona no contó con Lionel Messi, el astro argentino que jugó a media máquina la semana pasada en la ida en Munich, aunque el sábado metió un gol y asistió en otro en un empate 2-2 ante el Athletic de Bilbao en la liga española.
«Cuando un equipo es tan superior, simplemente felicitarlo», comentó el zaguero catalán Gerard Piqué, autor de un autogol a los 72 minutos.
Que no juegue Leo, el mejor jugador del mundo, claro que no es lo mismo».
Arjen Robben (49) y Thomas Mueller (76) completaron la goleada del Bayern, ante un Camp Nou que presenció un verdadero baile de los alemanes.
A Messi le acompañaron en el banquillo el chileno Alexis Sánchez y el canterano Christian Tello, entre otros, dejando la delantera azulgrana para Cesc Fábregas, Pedro Rodríguez y David Villa.
El Bayern apenas relevó a Dante por Daniel Van Buyten en la defensa y dio entrada al goleador Mario Mandzukic, sancionado en la ida, por Mario Gómez, manteniendo la disciplina táctica, y parecido mordiente.
El férreo engranaje alemán se le atragantó al Barsa desde el arranque, en que sus mejores ocasiones llegaron de larga distancia, con un zapatazo de Rodríguez despejado por Manuel Neuer, y un remate alto de Xavi Hernández en el área tras una llegada por banda derecha de Dani Alves, el más constante en sus subidas al ataque.
También sin el lesionado Sergio Busquets en el eje del mediocampo, la batalla de trincheras se decantó del lado visitante. Acostumbrados al fútbol de ida y vuelta, los germanos hicieron valer la superioridad física de Bastian Schweinsteiger y Javi Martínez y la capacidad de desborde de Franck Ribery y Robben para amenazar al contragolpe, forzando que Piqué neutralizara varias acciones al límite frente al arco de Víctor Valdés.
El descanso llegó con el marcador inalterado y Messi fue el primer futbolista del Barsa en tomar el camino del vestuario.
Pero cuando su equipo regresó a la cancha, el rosarino siguió ocupando asiento, siendo Alexis el elegido por Vilanova para calentar en la banda.
Apenas cuatro minutos bastaron para confirmar que el máximo goleador de la historia del Barsa no estaría en el césped: lo que tardó Robben en recibir un pelotazo diagonal en banda derecha, recortar a Adriano y perfilar su zurda para su clásica comba al poste más lejano, imposible para Valdés.
El tanto dejó la eliminatoria sentenciada, con la utópica tarea para el Barsa de anotar seis goles en 40 minutos. Ingresaron Alexis, Thiago Alcántara y Martín Montoya por los azulgranas, aguantó con seriedad el Bayern, noble competidor y merecido finalista hasta el desenlace, y se aceleró el desfile de aficionados locales hacia la salida.
La mente del ganador, que amplió su castigo con dos centros de Ribery que empujaron Piqué y Mueller, se decantó progresivamente hacia la cita de Wembley, mientras que al Barsa no le queda más ahora que celebrar la conquista de su 22da liga; quizás el domingo cuando reciba al Betis sobre el mismo escenario.
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