Después de pasar desapercibido en la goleada (4-0) del Bayern de Múnich la semana pasada en la ida de semifinales de la Liga de Campeones, el argentino Lionel Messi, renqueante de la lesión muscular que sufrió a principios de abril, tiene el miércoles la oportunidad de desquitarse.
El Barcelona tiene que lograr una remontada inédita (que nunca se ha producido en la Liga de Campeones) para superar el 4-0 que tienen los alemanes y clasificarse para la final de Wembley, donde ya ganó la Copa de Europa en 1992 y la ‘Champions’ en 2011.
Un reto mayúsculo que no llega en el mejor momento para el equipo azulgrana, que se aferra a la infinita inspiración de Messi para dar la vuelta a ‘lo imposible’.
El cuatro veces Balón de Oro, después de un partido para olvidar en Alemania, demostró el sábado en San Mamés ante el Athletic (2-2), con media hora para enmarcar, que está recuperando sensaciones.
En el mítico estadio bilbaino, que el próximo año será reemplazado, el argentino dejó otro gol para el recuerdo, después de sortear a tres defensas en la frontal del área antes de batir con calidad a Gorka Iraizoz.
Con 44 tantos en el campeonato, más de un tercio de los que ha logrado el Barça este curso, el atacante, que ha marcado a todos los equipos del torneo, tiene a tiro la histórica marca de 50 goles que logró la Liga pasada.
En la ‘Champions’, limitado por su lesión desde la ida de los cuartos de final contra el París Saint-Germain, Messi es el tercer máximo goleador, con ocho tantos (igualado con el turco Burak Yilmaz, del Galatasaray), por detrás de Cristiano Ronaldo (12) y Robert Lewandowski (10).
«Es el mejor jugador del mundo y lo notamos cuando no está. El sábado, cuando llegó, nos aportó su desequilibrio», dijo el segundo entrenador del Barcelona Jordi Roura sobre la estrella.
En San Mamés se volvió a evidenciar la importancia capital de Messi en el conjunto culé, como reconoció el primer entrenador Tito Vilanova el viernes.
«¿Cómo no vamos a tener dependencia de un jugador así? Espero que tengamos ‘Messi-dependencia’ durante mucho tiempo», dijo el técnico.
Para luego matizar: «Dicho esto, está rodeado por jugador que le hacen mejor, esto funciona en los dos sentidos».
El peso del argentino, a pesar de estar lesionado, fue clave para eliminar al PSG en la pasada ronda de la ‘Champions’.
Con 1-0 en contra y virtualmente eliminado el Barcelona, Messi entró en la segunda parte y tuvo un efecto inmediato en los futbolistas del equipo francés, que dieron un paso atrás y dejaron de dominar el partido.
Casi sin poder correr, Messi inició la jugada del empate (1-1, tras 2-2 en la ida), que sirvió para dar la clasificación a los azulgranas.
En una empresa más complicada, el argentino sueña con la actuación que tuvo el año pasado ante el Bayer Leverkusen, cuando se convirtió en el único jugador de la Liga de Campeones en marcar 5 goles en un partido para eliminar al equipo alemán (7-1) en cuartos de final.
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