El puercoespín de la India, conocido científicamente como Hystrix indica, es una de las criaturas más singulares del subcontinente indio. Su adaptación a diversos hábitats y su defensa natural lo convierten en un tema de interés tanto para la biología como para la ecología.
El Hystrix indica es fácilmente reconocible por sus púas largas y afiladas, que pueden alcanzar hasta 50 cm de longitud. Estas púas no solo son una herramienta de defensa, sino que también juegan un papel crucial en la identificación del animal.
Sus púas están formadas por queratina, la misma sustancia que compone las uñas humanas. Además, estas púas están huecas, lo que les permite producir una resonancia característica cuando se siente amenazado. Este sonido es una advertencia a los depredadores para que mantengan su distancia.
El sistema de defensa del puercoespín de la India es simple pero efectivo. Cuando se siente amenazado, eriza sus púas y las sacude vigorosamente para producir un ruido intimidante. Si el depredador no se aleja, el puercoespín cargará hacia atrás contra el enemigo, utilizando sus púas como armas. Estas púas pueden incrustarse en la piel del depredador, causando dolor e infección. Aunque no son venenosas, las púas pueden ser muy difíciles de extraer debido a sus bordes afilados.
Es nativo del subcontinente indio, pero su distribución se extiende desde el suroeste de Asia hasta Oriente Medio. Este roedor es extremadamente adaptable, habitando una variedad de entornos, desde bosques tropicales hasta áreas semiáridas.
Es más activo durante la noche lo que le ayuda a evitar los depredadores y a aprovechar las temperaturas más frescas en su hábitat natural. Durante el día, suelen permanecer en sus madrigueras, que pueden tener una profundidad de hasta 6 metros.
En algunas regiones de la India y Oriente Medio, las púas del puercoespín se han utilizado como amuletos de protección. Se cree que tener una púa de puercoespín puede alejar el mal de ojo y proteger contra la mala suerte.