La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), la mañana de este miércoles 7 de agosto en sus cuentas en redes sociales, publicó el tercer mensaje de los obispos del país en relación a la situación sociopolítica que se vive desde el pasado 28 de julio por las elecciones presidenciales de Venezuela.
En primer punto reiteran el llamado a respetar la soberanía del pueblo expresada a través del voto. Sentencia que desconocer la voluntad popular es ilegal y éticamente inaceptable. En este sentido, invitan a todos a valorar y defender la vida y la dignidad de la persona humana. “Como lo afirma la Declaración Dignitas Infinita, la Iglesia exhorta ardientemente a que la defensa de la dignidad humana esté en el centro del compromiso por el bien común y de todo ordenamiento jurídico (cf. Dignitas Infinita 64)”.
Los obispos también rechazan el uso de la violencia en las manifestaciones públicas, la presencia y actuación junto a cuerpos policiales «de civiles armados como mecanismo para disuadir la realización de la protesta pacífica ciudadana», las restricciones a la libertad de expresión y movilización, las detenciones y allanamientos arbitrarios, el encarcelamiento de personas, muchas de ellas menores de edad, sin el debido proceso, el uso de la descalificación, el amedrentamiento de la población y la acusación como métodos para enfrentar las diferencias de opiniones políticas.
“Todos los órganos del Estado están llamados a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República”, afirman en el documento.
Ante esto, manifiestan su cercanía, acompañamiento en el dolor y ofrecen sus oraciones a los que lloran por los fallecidos y heridos, a los que viven la angustia de no conocer la ubicación de los detenidos, o la constante inquietud de ser perseguidos por defender sus convicciones y posiciones políticas.
El documento culmina: “Los venezolanos queremos vivir en paz y en democracia. Los organismos ciudadanos actuando de modo imparcial, conforme a lo establecido en nuestro ordenamiento legal, deben hacer relucir la verdad y la justicia sobre las que se fundamenta la convivencia social”.