Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, y el príncipe Enrique inauguraron el viernes unos estudios recientemente renovados por Warner Bros al norte de Londres, donde se filmaron todas las películas de la saga del joven mago Harry Potter y que alberga una popular atracción turística.
El segundo en la línea de sucesión al trono y su esposa, que lucía su avanzado embarazo con un vestido blanco de topos, recibieron una clase de manejo de varita que terminó casi con un duelo ante varios centenares de personas.
Guillermo, de 30 años, y su hermano Enrique, de 28, disfrutaron también con los vehículos futuristas de la trilogía de Batman «The Dark Knight» («El caballero oscuro» en España, «El caballero de la noche» en América Latina).
El mayor de los nietos de la reina no se privó en subirse en el Batpod, la moto de emergencia del hombre murciélago encarnado por el británico Christian Bale, y de sentarse al volante de un Batimóvil.
«Christian Bale se está haciendo viejo… Yo lo sustituyo si hace falta», bromeó el príncipe Guillermo, con el responsable de la compañía estadounidense para el Reino Unido, Josh Berger.
En otro momento preguntó a sus anfitriones si se podría adaptar una silla para el bebé que él y Catalina esperan para el mes de julio, provocando risas entre los presentes.
Warner Bros compró en noviembre de 2010 los estudios Leavesden, en Watford, al norte de Londres, e invirtió 100 millones de libras (155 millones de dólares, 119 millones de euros) en remodelar las instalaciones, gran parte de las cuales se utilizarán para rodajes.
Los nuevos estudios incluyen también «The making of Harry Potter», la popular atracción que abrió sus puertas hace un año y que adentra a los «pottermaniacos» en los entresijos del rodaje de las ocho películas de la saga que concluyó en 2011, una de las más lucrativas de la historia.
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