#OPINIÓN 170 años del asesinato del gobernador Martín María Aguinagalde, defensor de los esclavos venezolanos #26Jul

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Toda historia tiene su momento. La coyuntura de este trágico acontecimiento regional  ocurre cuando se registra la abolición de la esclavitud en el país durante la presidencia del liberal José Gregorio Monagas y el estallido de la Rebelión de Barquisimeto

Entonces Barquisimeto es una apacible y pequeña comarca, en que todos se conocen, de unos 5 mil habitantes que se levanta pujante en su quinto asentamiento en la planicie tras el terremoto del 12 de marzo de 1812. La nueva urbe crece hacia el este a partir de la calle 20 y la Concha Acústica, sector Altagracia, entre cuyos barrios se encuentra el de Paya donde se congrega  indios y negros esclavos en casas de bahareque y paja. Es de los primeros barrios marginales de la ciudad.

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Luego del fin de la Guerra de Independencia en junio de 1821 el país políticamente queda dividido en dos bloques: conservadores y liberales. Los enfrentamientos entre ambos bandos se resolvían de forma pacífica o violenta. Ello de acuerdo con la magnitud o gravedad del conflicto.

Así el 12 de julio  de 1854 el sosiego  que impera en Barquisimeto es roto repentinamente por  un sangriento suceso no visto desde 1563 cuando el Tirano Aguirre asesina a su hija Elvira. Es vilmente asesinado el gobernador Martín María Aguinagalde Riera en el Palacio de Gobierno ubicado en la esquina  de la actual calle 22 con carrera 19, lado oeste.

Martín María Aguinagalde es un héroe de la Guerra de Independencia nacido en Carora en 1793 y graduado en derecho en la Universidad  de los Andes. Es militante activo de la ideología del liberalismo que lo hace un hombre progresista.

El desenlace de su caso toma el atajo del uso de la fuerza por parte de sus adversarios. Por lo que las contradicciones existentes se resuelven de forma no pacífica. Es que en la lucha por el poder se conjugan todos los metidos y recursos hasta el asesinato para sacar del camino al enemigo. La historia está llena de esos ejemplos. 

El crimen es consumado en el palacio de gobierno ubicado en la carrera 19 esquina calle 22 lado sur. Este se encuentra en el quinto asiento de la ciudad levantado luego del terremoto de marzo de 1812 a partir de la calle  21 sector iglesia Altagracia más allá de la avenida Vargas. Lugar donde surge el barrio de Paya habitado por indígenas, negros esclavos y elementos de los bajos estratos sociales. Es de los primeros barrios de la urbe crepuscular.

En contra del progresista gobernante se fragua una conspiración por parte de elementos pertenecientes  a la élite económica y política de la región que veían con malos ojos sus  posiciones  liberales. Se trata de elementos del ala de los conservadores que a nivel nacional eran dirigidos por el caudillo llanero José Antonio Páez. 

Sus asesinos son esclavistas, hacendados, terratenientes, comerciantes, profesionales, militares y burócratas de la administración pública. Todos de tendencia conservadora y reaccionaria que ven amenazados sus intereses con la liberación de los esclavos. Los  responsables intelectuales pertenecen a la élite política, social y económica de la sociedad  barquisimetana  partidaria  del general José Antonio Páez cuyo regreso  al país  solicitaban. 

Es gente de la godarria local con mucho poder económico. Algunos formaban parte de la Junta gubernamental y habían jurado lealtad a la primera autoridad  regional. Éstos son: Mariano Isava Alcalá, Dr. Rudecido Fréitez, Dr. Juan de  Dios Ponte, Abigail  Lozano, general Juan Bautista Rodríguez y el jefe de la Guarnición  de Barquisimeto, comandante Antonio  José Vásquez. 

O sea que, el nudo principal de las contradicciones del conflicto lo conforma la lucha de los intereses esclavistas en resistencia a los inevitables cambios y lo nuevo. Pues el esclavismo en el país había dejado de ser productivo. Esa es la causa principal del crimen.

Sus victimarios no le perdonan su  apoyo a la ley que da la libertad a los esclavos. Pese  a  su condición  de aristócrata  se  identifica  con  el  sufrimiento  y  libertad  de los  esclavos  venezolanos junto a  su cuñado  Simón Planas, diputado por la Provincia de Barquisimeto. Por  ello fue llamado  “príncipe”  del  movimiento antiesclavista  venezolano, caracterizado siempre  por su sensibilidad humana y espíritu  de  justicia. Más su condición de héroe de  la Guerra de Independencia. Pese a su origen aristocrático, es un decidido abanderado de la abolición de la esclavitud que promueve desde Barquisimeto.

Sin  duda, se trata  de un asesinato político cuyo objetivo  principal  era  eliminar  a  un  elemento  molesto  a  los  planes  e  ideas  de  los conservadores. Los  participantes en  el crimen actuaron  con  premeditación, crueldad  y  alevosía pues se aseguraron  de  darle  muerte  al apuñalarlo  ocho veces. La  saña fue tal que  le patearon el rostro, le infirieron heridas en el cuello y le sacaron  los ojos con un puñal. Los autores intelectuales  aducían que se trataba de un mal ejemplo al que  había que sacar del camino.

El crimen formaba parte de una conspiración cívico militar de alcance nacional conocida como la Revolución de 1854. El mismo ha sido considerado por algunos historiadores como un antecedente de la Revolución Federal que estallará luego en febrero de 1859. Un sangriento hecho que caldea el ánimo y prefigura la crudeza de aquella contienda acaudillada por Ezequiel Zamora entre 1859 y 1863.

Los asaltantes del palacio de gobierno eran unos 30. Pero los autores materiales integraban un grupo de 5 personas encabezado por Nemecio López, quien asesinó a Aguinagalde. Fue tal el ensañamiento y salvajismo que lo apuñaló en los ojos bajo el efecto del alcohol. Estos actuaron con premeditación, alevosía, salvajismo y odio.  

Al asesinado gobernante lo sustituye un gobierno provisorio (triunvirato) en el cual es preponderante la presencia de civiles pertenecientes todos a las altas esferas de la sociedad barquisimetana del momento. 

La proliferación de gobiernos es la nefasta práctica que caracteriza a Venezuela en el siglo XIX  expresión de inestabilidad política por la falta de gobernabilidad a consecuencia de la permanente violencia. El estado Lara no es la excepción. Su primera manifestación ocurre en 1835 con la Revolución de las Reformas liderada por el general Florencio Giménez. Este negativo panorama persistirá hasta 1908 cuando cesan los caudillos y guerras civiles con la centralización del poder político por parte de Juan Vicente Gómez.

El presente contenido es un capítulo de nuestro libro Sucesos de la Guerra Federal en Lara  por publicar. 

Freddy Torrealba Z.

X @freddytorreal11

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