La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) presentó la segunda edición de Psicodata, un estudio que ofrece un retrato psicosocial de la población venezolana. Los resultados revelan una sociedad marcada por la desconfianza, la desesperanza y la precariedad económica, que impactan negativamente en la salud mental de los ciudadanos.
Un clima de desconfianza
Uno de los hallazgos más preocupantes es el aumento de la desconfianza entre los venezolanos. En 2023, Psicodata ya alertaba sobre la desconfianza generalizada, y este año la cifra se ha vuelto aún más alarmante: el 89% de los encuestados considera que no se puede confiar en la mayoría de las personas. Esta desconfianza es especialmente alta entre los adultos jóvenes, entre 35 y 44 años, mientras que los mayores de 55 años son los que muestran mayor confianza en los demás.
Desesperanza y precarias condiciones de vida
La desesperanza también es un tema que preocupa a los investigadores. Si bien la mayoría de la población reporta niveles bajos o nulos de desesperanza, un 38% sí experimenta niveles moderados. Esta cifra aumenta considerablemente entre las personas con bajo nivel educativo (49%) en comparación con aquellas con un nivel educativo alto (32%). La precariedad económica se perfila como uno de los principales factores que inciden en esta percepción.
Estrés: la economía y la salud son las principales preocupaciones
El estudio también indagó sobre las fuentes de estrés más comunes entre la población. Tanto hombres como mujeres coinciden en que los problemas económicos son la principal causa de estrés, seguidos por la salud. En el caso de los hombres, la política se suma como un tercer factor de estrés, mientras que para las mujeres el factor adicional es lo personal.
Ansiedad y depresión: indicadores de un malestar generalizado
La ansiedad y la depresión son síntomas de malestar psicológico que también están presentes en la población venezolana. Dos de cada 10 encuestados experimentan niveles moderados o altos de estos síntomas, que se asocian con problemas como la pérdida de sueño, la tensión, el agobio, la infelicidad, la desconfianza en sí mismos y la minusvalía.
Las mujeres reportan estos síntomas en mayor medida que los hombres (23% frente a 16%). Las regiones con mayor prevalencia de ansiedad y depresión son el Zulia y Oriente, donde el 23% de la población sufre estos trastornos.
Acceso a la salud mental: un privilegio
A pesar de la evidente necesidad de atención psicológica, solo 1 de cada 10 venezolanos ha consultado a un especialista en los últimos dos años. Entre quienes sí acudieron a un psicólogo, el 9,65% lo hizo por iniciativa propia, mientras que el 1,15% lo hizo por requerimiento laboral.
Los motivos más comunes de consulta fueron la depresión, el duelo, la ansiedad, los problemas familiares, los problemas personales y las razones médicas asociadas a condiciones psicológicas. El grupo de edad que más consulta a psicólogos es el de entre 18 y 24 años (17,3%).
Priorizar la salud mental: Un desafío urgente
Psicodata 2024 revela una sociedad venezolana marcada por la desconfianza, la desesperanza, el estrés y las dificultades para acceder a la atención en salud mental. La precariedad económica y las condiciones sociales actuales impactan negativamente en el bienestar psicológico de la población.
Es necesario implementar políticas públicas y estrategias que promuevan la salud mental y faciliten el acceso a la atención psicológica, especialmente entre los grupos más vulnerables. La salud mental no puede ser un lujo, sino una prioridad para el desarrollo individual y colectivo de la sociedad venezolana.