En Venezuela, la realidad económica impone desafíos significativos a los estudiantes universitarios, quienes se ven en la necesidad de equilibrar sus estudios con el trabajo para satisfacer sus necesidades básicas y las de sus familias. Un reciente estudio del Observatorio de Universidades (OBU) revela que más de la mitad de los estudiantes universitarios, un 56%, trabajan para poder costear gastos esenciales como el transporte, la alimentación y artículos personales.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Bienes Universitarios 2023 (#Enobu2023) destaca que un 55% de los estudiantes que trabajan lo hacen de manera independiente, lo que refleja una tendencia hacia el emprendimiento o trabajos autónomos frente a la escasez de oportunidades laborales formales.
Además, se reporta que en las universidades públicas, un alarmante 93% de los estudiantes no recibe becas, y un 68% no cuenta con ingresos provenientes del Sistema Patria, lo que agrava su situación de vulnerabilidad.
Ante la falta de apoyo gubernamental, los estudiantes universitarios han asumido la responsabilidad de trabajar para avanzar en sus carreras y contribuir al sustento de sus hogares.
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«Producto de la desprotección gubernamental los estudiantes han tenido que aceptar el reto de trabajar para salir adelante, poder mantenerse en sus carreras y contribuir en la económica familiar», destacó OBU en una publicación.