La urbanización Colinas de Santa Rosa, en el este de Barquisimeto, empieza a quedarse fuera de la agenda municipal. Los residentes notan con preocupación el progresivo daño de sus calles, así como otros espacios de uso público. Está en primer lugar, el parque que si bien tiene cerca perimetral pero no es garantía de estar seguros.
Solicitan vigilancia en las mañanas y tardes, horario en el cual acuden para realizar ejercicios o pasear las mascotas. “Nos da miedo venir al parque porque han venido a asaltarnos. Los policías que tenían un puesto de vigilancia en este lugar, fueron designados a una comunidad: estamos desamparados”, dijo la vecina Vilma Mendoza.
La inseguridad se vive además en las calles de la urbanización; antes de meter los vehículos al garaje, por ejemplo, atacan a las víctimas para llevarse los carros. No hay hora establecida para el hampa, por esa razón los habitantes solicitan protección permanente.
Sin embargo, hay más inconvenientes para los vecinos. En el cementerio municipal de Santa Rosa, las personas tampoco tienen sosiego: visitan a sus familiares difuntos con la preocupación de la delincuencia que actúa en la zona. Ahora bien, en cuanto al camposanto, son otros los problemas: maleza en abundancia, tumbas perforadas, entre otros deterioros, ofrecen un panorama aterrador.
Los vecinos no sólo de Colinas de Santa Rosa, sino de La Lagunita, Altos de Las Flores, Santa Elena, con seres queridos enterrados en ese lugar, aseguran que desde hace largos meses no ocurre un mantenimiento general por parte de la Alcaldía de Iribarren, pese a los visibles daños que presentan las instalaciones y las constantes denuncias hechas por las comunidades.
Sin Asfalto Parejo
Frente al cementerio de Santa Rosa, las condiciones del pavimento no son las mejores. Los huecos de gran tamaño, afectan la circulación de vehículos particulares y unidades del transporte público (Ruta 8).
Los vecinos lamentan el daño de la capa asfáltica y, al mismo tiempo, se preguntan ¿dónde quedó el Asfalto Parejo? El plan promovido por la Alcaldía de Iribarren en el 2012, no alcanzó para favorecer la urbanización.
Colinas de Santa Rosa, es una vía empleada para llegar hasta uno de los sitios turísticos de la ciudad: el pueblo de Santa Rosa, donde esta la iglesia que aguarda a la patrona de los larenses, la Divina Pastora.
“Los turistas que vienen a conocer a la Madre, en la mayoría de los casos, utilizan como atajo nuestra urbanización. En lugar de orgullosos, nos sentimos preocupados porque recibimos a nuestros hermanos con las vías llenas de huecos”, dijo el vecino Luis Limardo.
Luz a medias
Por otro lado, están las calamidades que atraviesan las personas de mantenimiento que laboran en residencias de Colinas de Santa Rosa. Al caer la tarde, una vez terminada la jornada, deben salir a sus casas en medio de la oscuridad.
El alumbrado público es deficiente. La iluminación alcanza apenas las vías principales, el resto de calles y/o veredas están totalmente en tinieblas después de las 6.30 de la tarde. Los propietarios de inmuebles y también quienes trabajan en la zona solicitan la ayuda de Corporlec.
En algunos casos, las luminarias fueron rotas por jóvenes desorientados que frecuentan la urbanización en las noches o fines de semanas para causar destrozos en diferentes partes. Los residentes explican que en los alrededores del cementerio hace falta mejorar por completo la iluminación a fin de alejar al hampa.
Y es que la luz deficiente en algunos tramos del urbanismo, favorece de cierta forma a los antisociales, quienes se esconden en las esquinas y árboles para atracar a cuantos se cruzan en el camino.
Las calles y veredas, por seguridad, se encuentran cerradas con muros de concretos y, en otros casos, tienen personal de vigilancia privada para impedir que la delincuencia haga de las suyas.
En este sentido, los conurbanos proponen que las autoridades organicen patrullajes en la zona, al menos, en horas de la tarde y noche, cuando buena parte de las familias se dispone a regresar a sus casas después de las jornadas de trabajo y estudios.
