#OPINIÓN La luz de Reverón #3May

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Un día de 1963 viajé a Macuto a conocer «El Castillete», donde vivió Reverón con Juanita Mota su musa, su modelo, su compañera de sueños. Al llegar, Juanita me abrió la puerta y me dijo:» No tengo nada que vender» yo le respondí: «Vengo a conocer El Castillete» allí duré un rato hablando con Juanita y viendo todo ese ambiente mágico que Reverón construyó a su medida para vivir sus utopias, sus recuerdos…
Pero viajemos a reencontrar a Reverón, a su formación, en Caracas, a sus viajes por París, Barcelona y Madrid, a comienzos del siglo 20. Cuando él se encerró en su mundo ya había visto las obras de los Impresionistas en un viaje de una estadía que vivió en París en el año 1919; hacía dibujos a los turistas en el Jardin deTuilleries para poder vivir, pero aprendiendo, conociendo las obras en la búsqueda de la luz, en el reflejo en el agua, en las lagunas, en los relieves de las esculturas de las catedrales y, es allí, donde se nutrió. No se influenció por lo que se estaba realizando en ese momento, en París. Se enriqueció con los pintores de la luz.

Estuvo en Madrid y visitó El Prado, admiro a Velázquez observó «Las Meninas». Se detuvo delante los Goyas; conoció la obra de Sorolla, reflexionó sobre esas obras de esos creadores. Regresó a Venezuela, cuando se retiró para vivir en la soledad de sus años de juventud, por consejo de Nicolás Ferdinandov, pintor ruso quien vino a vivir al trópico, enamorado de la naturaleza, lo aconsejó que tenía que trabajar aislado para poder desarrollar su obra.

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Nicolás Ferdinandov era submarinista quien había llegado a Venezuela y pintaba rodeado de azules en armonías que reflejaban los fondos marinos… allí en ese castillete todos sus viajes, sus experiencias, los consejos de sus amigos pintores quedó reflejada en su obra. Sus primeras pinturas a orilla de la playa que reflejaba el mar en la reverberasión del sol, destello de luz. Produjo sus obras, la cual, lo más importante era la luz, formas de palmeras, uberos, mares y playas todo realizando primero en azules y ,después, con blancos que el mismo preparaba sobre el yute. Esa obra blanca que nos dejó Reverón de una gran trascendencia entre la plástica nacional e internacional, después, esa etapa de los sepias donde reflejaba otro mundo, otra manera de pintar esos gestos, seguros trazos colocados con vehemencia, los objetos como la guitarra para no tocar, el piano silente, los pájaros en jaula bidemencionales, las alas de murciélagos; esas obras son de una gran importancia si lo vemos con nuestra mirada, actualmente podemos observar que se adelantó a su tiempo, son creaciones conceptuales, son obras con una gran calidad plástica, toda esas figuras rodeadas, de ese ambiente de ese gran artista anacoreta, aislado, huraño a veces «loco», por momentos cuerdo, cuentan que una vez estaba un amigo y hablaba normalmente, cuando vio que venía alguien a comprarle algo, comenzó su locura, su teatro… le compraron tres cuadros, al irse el cliente, le comento al amigo: «Hay que hacerse el loco para poder vender» Reverón hoy lo recuerdo, su castillete, a Juanita que gentilmente me atendió, aparecieron imágenes de su mono Pancho, y sus bellas muñecas, entre ellas, Serafína… le hablé que yo era aún aprendíz de pintura, recuerdo ese día, en este mes del artista plástico. Es el10 de mayo en homenaje al día del nacimiento de Reverón. Un gran artista, un excelente creador, a la vez incomprendido y, a veces, porque no decirlo, un poco olvidado. Los azules, los blancos, los sepias estuvieron presentes en sus obras, fue tan importante para mí esa visita al castillete que desde ese día nacieron «Las gordas» llamada primeramente «Las Juanitas» figuras gordas que recordaban algunas figuras de Reverón… el tiempo ha pasado, hoy sesenta años después, recuerdo ese momento, ese instante que me acerqué al mundo de Reveron.

No es la pintura de un loco; la pintura de alguien que pinta sus fantasma, siempre y regularmente, no sale de su mundo, no se puede negar que Reverón padeció sus trastornos siquicos. Pero su obra tiene la gran trascendencia de un gran artista, que dejó en sus telas todos sus aprendizajes que pudo desarrollar en su castillete: su templo. Reverón nació 10 de mayo 1889. Falleció 18 septiembre 1954. Juanita Falleció el 22 agosto 1972.

Esteban Castillo

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