Luego del éxito de las telenovelas ¡Qué clase de amor! y Fanatikda (esta última actualmente siendo transmitida por Venevisión de martes a viernes a las 6:00 p.m.), el escritor y dramaturgo venezolano Benjamín Cohén acaba de terminar un musical teatral titulado The Jewish Bakery (La Pastelería Judía).
“Comencé el 2013 excelente, con la culminación de este musical teatral de gran envergadura, que debo pulir y ajustar para hacer la entrega formal en junio a unos productores del exterior que quieren montarlo en la ciudad de New York el próximo año. Se trata de una historia de amor en el contexto de la Alemania nazi de 1938, donde junté el humor, la música, el drama y la reflexión para dejar un hermoso mensaje de tolerancia a los espectadores”, dijo el escritor, quien añadió que serán más de 30 actores en escena.
Sobre la telenovela Fanatikda manifestó: “En este momento se encuentra en Venezuela a través de Venevisión. Fue una historia que hice para Tc Televisión de Ecuador, que se transmitió con buenos resultados en el prime time del canal. En Venezuela, por la ley de contenidos, decidieron transmitirla en horario de la medianoche porque es una historia fuerte. Mi última telenovela juvenil ¡Qué clase de amor! sigue recorriendo el mundo con éxito, eso me tiene muy emocionado”.
-¿Cómo se siente que ha evolucionado desde la primera vez que escribió una historia?
-Pienso que uno va evolucionado con los nuevos proyectos. Las historias van agarrando cada vez más forma con el pasar del tiempo, ya que uno como autor, va adquiriendo más experiencias de vida que siempre terminan reflejadas en nuestras telenovelas o piezas teatrales. La evolución se encuentra básicamente en los errores, fallas que sirven para tomarse en cuenta en próximos proyectos, para corregirlos y tratar de entregar un producto de calidad.
-¿Tiene su propia fórmula del éxito?
-El éxito de una telenovela o de una pieza teatral no dependen de una fórmula. Las historias no son un diamante que se vende por un precio y no pierde su valor. Las historias son abstractas, solo hay que apostar creando las tramas desde el corazón, con verdad, con sentimientos. En mi caso, reconozco que los éxitos que he tenido han sido también por mi voluntad, por luchar hasta el final, para lograr las cosas, y lo más importante, por respetar al público, por no subestimarlo.
-¿Como talento venezolano, siente que en este país las posibilidades de surgir están limitadas?
-No están limitadas, porque el límite se lo pone uno mismo. Lo que me parece es que estamos abandonando los teatros y los espacios culturales; y los que hay, están manejados por personas que sólo le dan espacios a sus propios intereses. En la televisión venezolana pasa igual, o peor, solo entran los amigos de los que están en altos cargos de esas empresas, no los que de verdad tienen talento y trabajan arduamente para lograr el éxito.
“Lo digo con toda honestidad y con pruebas, porque fue lo que me pasó en mi país luego de hacer el éxito internacional ¡Qué clase de amor! Todavía la gente en la calle me pregunta por qué no hice más telenovelas en Venezuela. No se imaginan que el problema en nuestro país es que el éxito de uno, opaca los fracasos de otros, y esto los mismos canales de televisión te lo hacen pagar. Yo no pagué nada, solo demostré lo que puedo dar como autor y creador, y eso me cerró las puertas en Venezuela, pero me las abrió en el mundo”.