#Opinión: Brújula internacional – Solidarios con Corea del Sur Autor: Julio César Pineda

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Corea del Norte continua amenazando a Corea del Sur, Japón y territorios bajo soberanía de los Estados Unidos en la región del pacifico. Todo parece indicar que el “Estado de Guerra” declarado por el joven Kim Jong-un, no se traducirá en la primera guerra termonuclear donde se utilizarían armas atómicas no solo procedente de Corea del Norte, sino contra su capital Pyongyang poniendo fin a la larga experiencia comunista de ese país, donde a diferencia de Corea del Sur, la variable fundamental es el militarismo dentro de la ortodoxia comunista, con el Líder único el cual concentra todos los poderes y se apoya en las fuerzas armadas. Seúl la capital de Corea del Sur es una moderna ciudad de una de las más grandes economías del mundo, que escogió el camino de la democracia, la alternabilidad, la separación de los poderes, la libre empresa y la propiedad privada. El paralelo 38 separa las dos Coreas y a dos modelos de desarrollo, por supuesto que nos quedamos con Corea del Sur, su fuerte economía y su gran democracia, incluso Rusia y China han dejado solo a Pyongyang y han votado con todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU contra la actitud belicista de Corea del Norte. En esta semana los norcoreanos celebraron el natalicio de su único Presidente y Líder eterno Kim Il Sung a quien conservan embalsamado en ese permanente desafío a la muerte, que como los antiguos faraones, los primeros líderes comunistas han mantenido como tradición y como rito.
Embalsamados también están Lenin en Moscú, Mao Tse Tung China, Ho Chi Minh en Vietnam. Kim Il Sung, nació un 15 de abril de 1912, por eso la celebración de sus 101 aniversario y se quedó en el poder hasta su desaparición física en 1994, lo sucedió en el poder su hijo Kim Jong Il, y ahora el joven Kim Jong-un. El ejército norcoreano y el Partido Comunista sabe que un misil con una bomba atómica lanzada contra sus adversarios significaría la inmediata respuesta también nuclear de los Estados Unidos y el aniquilamiento de ese país. Por eso solo se quedaran en actitudes histéricas y en amenazas sin cumplir.
Definitivamente las dictaduras y los gobiernos autoritarios necesitan de las guerras, del militarismo y de las amenazas para concentrar el poder y para eternizarse, el régimen comunista de Corea del Norte, con su bombas atómicas y sus misiles así lo esta demostrando. Hoy el Noreste de Asia y la Comunidad Internacional se encuentran en una situación límite por la compleja exhibición del poderío nuclear de Pyongyang al margen del derecho y la responsabilidad internacional.
El régimen de Kim Jong-un ha renunciado a la negociación y a la diplomacia de su programa bélico nuclear por la ayuda económica y energética.
El presidente Obama no tomará una acción militar, pero coordinara con los demás jefes de Estado sanciones ejemplares, no aceptarán el chantaje de Pyongyang y el sector fascista militar que oprime a cuatro millones de coreanos.
Corea del Norte, además de tener varias bombas atómicas también controla la tecnología de los misiles. En 1981, adquirió misiles soviéticos SCUD-B con alcance de 340 kilómetros., se los propuso a Irán por apoyo financiero, posteriormente elaboró el misil Rodong 1 con alcance de 1.300 Km y a partir de 1990 la serie Taepodong.
En alguna oportunidad el Presidente de los Estados Unidos afirmó «por una curiosa situación histórica, la amenaza de guerra mundial nuclear ha disminuido, pero el riesgo de un ataque nuclear se ha incrementado, porque algunos países han adquirido esas armas, prosiguen ensayos y trafican secretamente materiales nucleares, la tecnología para fabricar bombas se ha incrementado».
A esto se debe, que frente a Corea del Norte, Washington seguirá tomando medidas severas, pero lo hará con el consenso de las grandes potencias y particularmente con los miembros del Consejo de Seguridad, no ha invocado la doctrina del ataque preventivo.
El dilema para rusos, chinos, japoneses y coreanos continúa siendo, cómo obligar a un país a olvidar sus ambiciones nucleares, cuando las sanciones son ineficaces y cuando una acción militar pudiera ser demasiado riesgosa. Este es el punto más difícil en el laberinto estratégico nuclear de Corea del Norte.
Durante tres años me desempeñe como Embajador de Venezuela en Corea del Sur, conviví con un pueblo pacífico, con gobiernos democráticos y con una economía cuya riqueza llega a toda la población. Visite la frontera y pude observar la permanente actitud amenazante y militarista de Corea del Norte y su régimen totalitario. Cualquiera que haya visitado esta región del mundo estará siempre al lado de Corea del Sur.

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