18 años y casi bachiller de la República. Son algunas de las características de la vida que comenzaba a desarrollar Emilio Alberto Torrealba Mujica, quien se encontraba cerca de su casa, en la urbanización La Ceiba II de Quíbor, en un establecimiento de comida rápida, comprando un pepito, cuando se escucharon unas detonaciones que lo dejaron sin vida.
“Él estaba jugando en la computadora como a las 07:00 de la noche; yo lo invité a la iglesia pero prefirió quedarse. Minutos después un primo le dijo que lo acompañara a comer y se fue. Al rato regresé con mi esposo y estaba preparando comida cuando nos llamaron y nos dijeron que lo habían matado. No sé todavía lo que pasó”, comentó su madre Digna Mujica.
Según su progenitora era un muchacho que no se metía con nadie, sano, por lo cual la posibilidad de una confusión no se descarta entre las causas que manejan los investigadores.
Esta nueva víctima de la inseguridad en Lara, estudiaba por parasistema en Barquisimeto, quinto año de bachillerato, en unos meses recibiría su título para continuar una carrera universitaria. Por ahora las investigaciones continúan para dar con el paradero de los homicidas.
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