Este trabajo inicialmente fue escrito al inicio de la invasión de la Federación Rusa a la República Independiente de Ucrania en febrero del año 2022. Pasados 25 meses del inicio de esta, hoy más que nunca aparece incomprensible la decisión de sacrificar cientos de miles de seres humanos. Los temores de quien esto escribió en esa fecha, hoy puede afirmar, muy desafortunadamente , lo que para algunos es un inminente peligro, el de una confrontación a mayor escala, con la participación de otras potencias, el cual no se aleja, al contrario, pareciera que se acerca sin miramientos y con una no disimulada tendencia de parte de algunos actores principales a vivir experiencias de aquellas, por ejemplo, que cuando se inicia el recorrido es difícil detenerse. Si, me refiero a la utilización del arma nuclear.
Después de la finalización de la segunda guerra mundial, los Estados Unidos de América no se detuvieron y continuaron en las investigaciones y desarrollo del invento que les permitió detener definitivamente esa mortífera confrontación, la cual nadie puede olvidar que sacrifico, según varios investigadores,alrededor de 100 millones de seres, entre civiles y militares..
Investigaciones y posteriores desarrollos llevados a cabo por el Laboratorio Nacional de Los Álamos le permitieron a los Estados Unidos disponer de un inmenso, para ese momento, el mayor poder atómico en el universo, tanto ofensivo como disuasivo (5500 ojivas nucleares)). La URSS, hoy Federación Rusa (6270), desarrolló armas nucleares a gran escala así como en menor escala la República Popular China (450), el Reino Unido (280) y Francia (300). En los inicios de la década de los años 60 algunos países de los llamados emergentes, hoy son parte de ese limitado club. Me refiero a la República de Corea del Norte, a Israel, a Pakistán y a la India, quienes tienen en sus arsenales cifras cercanas a las 100 ojivas nucleares.
Caros lectores, propongo que veamos las líneas esenciales de la doctrina de Destrucción Mutua Asegurada o también la Mutual Assured Destruction, MAD por sus siglas en inglés. Un concepto base de las lógicas de la disuasión recíproca entre dos o más potencias nucleares es que, en el caso que alguna de ellas decida el recurso de estas armas, la destrucción de una como de la otra está asegurada y hoy habría que agregarle, que muy seguramente la gran parte de nuestro globo terráqueo. Un concepto que hasta ayer, antes de la ilegal y censurable invasión rusa a la República de Ucrania, se consideraba que no tenía gran vigencia, que eras como una fiera salvaje que permanecía en silencio y siempre durmiendo. ya que el mundo, si, ciertamente con las vicisitudes normales de todo proceso humano, marchaba sobre un camino aceptablemente pacifico, en cuanto a confrontaciones que pudieran poner en peligro la paz mundial.
Esta doctrina tiene su base teórica y práctica en la capacidad de cada bloque de aniquilar al otro mediante un ataque nuclear en caso de agresión: el primero que intenta destruir al otro está en cierto modo garantizado para ser destruido a su vez, anulando por completo el interés de tal ataque. Los poderes constituidos representaban fuerzas de destrucción capaces de “volar por los aires el planeta”, según una expresión popular muy de moda en la época, de la llamada guerra fría, en caso de guerra nuclear. Como consecuencia de la invasión de Moscú sobre la República de Ucrania, esta doctrina, la disuasión, por su continua vigencia, es un elemento clave para la necesaria convivencia no solo de las potencias poseedoras de armas nucleares sino para toda la humanidad.
Agitar las amenazas nucleares, como lo ha estado haciendo la Federación Rusa, hace que esta doctrina sea recordada también por potencias nucleares intermedias,. Aquí podría mencionar a países como el Reino Unido, la República de Francia y a estados que pueden ser de gran peligrosidad para el mantenimiento de la paz, debido a que se sospecha que algunas de sus decisiones vienen originadas por intereses distintos a lo que se conoce como razones de estado. Me refiero a naciones como la Republica de Corea del Norte y de la Republica Islamista de Iran, de quien se da por descontado que ya es miembro (de facto) de ese exclusivo club.
Pues el peligro de la extensión del conflicto que hoy nos ocupa, durante los últimos 25 meses este ha estado circunscrito a la frontera Rusa Ucraniana, por lo que considero necesario destacar un hecho que crea gran desasosiego en este complejo juego geopolítico, como es que continuamente a partir del inicio de la invasión rusa, el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev, persona de gran confianza del presidente Putin declaró que los altos cargos británicos pueden ser considerados «objetivos militares legítimos, por cuanto el “Reino Unido libra una guerra no declarada contra Rusia. Esto sería como consecuencia de la decisión británica de entregar sus misiles de última generación, los llamados Storm Shadow lanzados desde el aire con un alcance de hasta 300 kilómetros.
Hoy el Reino Unido actúa como aliada de Ucrania, le presta ayuda militar con armamento y especialistas, de hecho libra una guerra no declarada contra ellos este 28 de marzo, el presidente reelecto de la Federación Rusa ha declarado que los aviones de combate occidentales F-16 que estarán muy pronto operativos en Ucrania serán un objetivo militar, pero descartó la posibilidad de un enfrentamiento con países de la OTAN.
En esa línea, Putin calificó de «total disparate» las declaraciones de varios gobernantes de Europa del Este quienes sostienen, que en supuesto, no descartable de una victoria de Rusia sobre Ucrania después se dispondría a atacar esos países, hoy parte de la Unión Europea y en su totalidad miembros de la OTAN . No obstante, no está demás recordar que las promesas de Putin son no muy creíbles: él afirmó 12 días antes de la invasión a Ucrania que Rusia no tenía pretensiones de una ofensiva militar en Ucrania. Putin le mintió al mundo. Hoy 31 de marzo del año 2024 sigue matando civiles ucranianos con sus misiles hipersónicos.
Sobre lo que pudiéramos llamar la continuación de esta escalada de amenazas rusas, el viceministro de Relaciones Exteriores Alexander Grushko, sostuvo que los países occidentales correrán «riesgos colosales» si suministran a Ucrania aviones de combate F-16. Ambas amenazas hechas el pasado día 20 de mayo 2023.
Los cinco países con el mayor arsenal de armas nucleares son coincidentemente los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, los cuales, irónicamente son los encargados del mantenimiento de la Paz en el mundo, irónicamente ya que Rusia el invasor es uno de estos. Regresemos a tiempo anteriores y recordemos que el 1 de julio de 1968 el mundo, deseoso de paz y bajo los auspicios de la ONU, vio cómo se abría un proceso que concluyó con la firma del Tratado sobre la no Proliferación de las Armas Nucleares (TNP). “Desde entonces, se ha convertido en la piedra angular de la acción internacional para prevenir la proliferación de armas nucleares, con el fin último de eliminarlas y promover el uso pacífico de la energía nuclear”. Es hacia el año 1995, cuando este instrumento, el único en la historia desde que el hombre creó esta destructora arma y donde la única víctima es su creador, cumplió sus primeros 25 años de plena vigencia. El Tratado fue prorrogado en esta oportunidad indefinidamente. El TNP sigue siendo único, ya que no existe ningún otro acuerdo internacional basado en la negociación entre estados con y sin armas nucleares.
Apreciados lectores, propongo retroceder en el tiempo otra vez, se trata del 8 de diciembre del 1987, cuando dos presidentes con gran sentido de sus deberes y responsabilidades, como lo fueron Ronald Reagan y el Sr Mihail Gotbachov, firmaron el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, The Intermediate-Range Nuclear Forces Treaty, INF, que ampliaba el compromiso de las dos grandes superpotencias nucleares, de continuar reduciendo ese diabólico armamento para así seguir transitando el camino de la Paz.
No obstante la importancia de este fundamental acuerdo los Estados Unidos anunciaron el día 2 de febrero del 2019. en la persona del presidente Donald Trump su retirada del histórico tratado, debido, eso alegó la administración republicana, a supuestas violaciones por parte de la Federación Rusa. El tratado INF prohibía el uso de misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros y poniendo fin al peligroso desarrollo de cabezas nucleares entre ambas potencias. Era el INF una importante contribución al mantenimiento de la paz.
Evidentemente la respuesta de la Federación Rusa no se hizo esperar. El presidente Putin esa misma noche declaraba en una reunión con sus ministros de exteriores y defensa y retransmitida en directo por la televisión rusa, que los estadounidenses se retiraron del tratado en cuestión, por lo cual anunciaba a la nación, que Rusia también lo hacía. La realidad es que al retirarse del tratado los americanos de la mano de Trump, quien inexplicablemente y de forma reiterada ha manifestado su admiración por el presidente Putin obviamente lo haría la Federación Rusa quedando el mundo aún más expuesta a cualquier inicio del final de la humanidad, está que se libra al sureste de Rusia que hoy conocemos. Así pues estudiosos de las relaciones internacionales y entre los cuales me permito incluir, interpretan esta decisión como una “involuntaria ayuda a Rusia” en su ya viejo proyecto de invadir a Ucrania, con todas las consecuencias que podía conllevar y que de hecho hoy podemos constatar.
Concluyo citando al profesor Ulrich Kühn, del Instituto para la Investigación de la Paz y la Política de Seguridad de la Universidad de Hamburgo, en la República Federal Alemana, quien el 1 de agosto de 2019 nos decía que el fin del tratado INF era una “muy mala noticia para la seguridad europea”, y yo hoy agregaría, que para el mundo en general viendo el desarrollo de los acontecimientos en los últimos dos largos años de la guerra añadiendo que esto significa que “retrocedemos básicamente a los años 80 del siglo pasado y podríamos volver a ver esos misiles apuntando a Europa Occidental desde el lado ruso y quizás dentro de un año o dos también desde el lado occidental apuntando a Rusia”.
Pues distinguido profesor Kühn, sus temores se hicieron realidad. No solo retrocedimos sino que todo parece indicar que no estamos muy lejos de una real amenaza de la tercera guerra mundial. Basta ver hoy 3 de junio los misiles rusos apuntando desde la frontera con Finlandia hacia la Europa del norte y desde la República de Bielorusia haciéndolo sin disimulo a la Europa que comienza en Polonia y finaliza en la República de Irlanda.
Raúl Ochoa Cuenca