El pasado 14 de marzo arribó a sus 90 años el padre Óscar Fréitez. Es decir, que nació en Barquisimeto el año 1930, siendo obispo de la Diócesis monseñor Enrique María Dubuc y a partir de su renuncia, su vocación sacerdotal se formaría durante el obispado y arzobispado de monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel, ordenándose Presbítero en Roma en 1961. A partir de entonces el padre Freitez se simboliza por las luchas sociales que sin duda, lo vinculó a la política, que en la década de los años sesenta del siglo XX fue de enfrentamientos trágicos en los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni. Después vendría la llamada etapa de la pacificación que no por ello, Oscar Freitez Mosquera abandonará el sacerdocio y su solidaridad con una generación que ha enfrentado a los gobiernos de Acción y COPEI. Esa es una verdad, característica del mismo, que le llevó a investigaciones e incluso, a problemas con la jerarquía de su iglesia.
Con la llegada de Chávez al poder, Óscar Fréitez Mosquera, creyó encontrar la vía a sus ideas como ciudadano venezolano sin dejar de claudicar. Esa resumida existencia vital es única, en la historia republicana de la iglesia venezolana, que guardando las distancias políticas, encontráramos en el Presbítero Maestro, José Macario Yépez en los gobiernos de José Tadeo y José Gregorio Monagas entre 1846-1856. Por ello el sacerdote Oscar Freitez Mosquera será actor de primera línea en el acontecer religioso y político larense y la prensa regional da cuenta de sus actividades, razones de sus posiciones como la protesta con motivo a la inauguración de la nueva sede de la Catedral de Barquisimetano en 1964. El año 2010, escenificó una huelga de hambre para hacer valer un compromiso con la Comandancia de Policía del estado Lara en apoyo a la Fundación de Ayuda al Niño y Niña del funcionario policial. Fue notoria su presencia en el paro cívico con motivo de la paralización de la obra hidráulica “Yacambú”, acompañado de gente necesitada de agua y con fecha noviembre 19, de 1993, la periodista Yayett Peralta del diario “El Impulso” le entrevistará confesándose…
«Participo y proclamo el descontento ante los hechos que han llevado a nuestro país a la crisis actual y acompañó a muchos sectores en sus propuestas de denuncias o de atropellos. También me hago solidario con gente que necesita el techo para vivir, con los pobres que no tienen agua, o situaciones que no son dignas o injustas. Yo lucho por el hombre que no se le permita trabajar, por los estudios que para mí representan el sentir más puro de la rebelión ante un panorama que aún luce incierto «…
A juicio del escritor Rabero Mujica…”El nombre y figura del padre Fetidez ha cobrado matices de leyenda. La gente conoce de su sensibilidad social y de su desbordado amor. Él dice mucho tengo que amar, porque mucho se me ha perdonado” Y hasta un grupo de amigos – abogados, médicos, periodistas, estudiantes, obreros, maestros – ha asomado su nombre como candidato a la Alcaldía. Puede ser que se trate de una utópica esperanza para burlarse de las millonarias y poderosas cúpulas partidistas”… (El Impulso, julio 17 de 1992)
He allí pues, el legado del sacerdote católico, inspirado en el Biblia y del ciudadano conocedor de la Constitución de la República, Oscar Freitez Mosquera que a 30 años de proclamarlo y llegar a 90 de vida sin cargos de conciencia e intelectualmente lúcido, invita a comprometerse con los más desposeídos y una salutación poética de Toño Rivero y María Auxiliadora Álvarez corrobora su apostolado…
…Al buen samaritano, Óscar Fréitez…»Si alguien no tiene manchas, Y es de veras un vicario, Puede mostrar a sus anchas, Que es gran revolucionario. Vive para el buen servicio, Y es un luchador cabal, Hace cualquier sacrificio, Y en la lucha es esencial. Es un cura de parroquia, Todo lo hace con deleite, Noventa
años de servicio, Vivas para el Padre Fréitez»…
Jorge Ramos Guerra
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