#OPINIÓN ¿Dejaste de escribir por el Impulso? #12Mar

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Es una pregunta que me han hecho muchas personas. Entre familiares, lectores amigos y aún algunos que no conozco, por Facebook. Y es que cualquiera en este mundo de pecado donde vivimos puede ser objeto de un bajón intelectual, profesional, espiritual y hasta familiar debido a que estamos acosados por muchas vicisitudes de la vida y no estamos exentos de caer en estados anímicos fuertes. Hasta estados de depresión. Sí, así como lo leen. Caer en estados de depresión.

Una de las definiciones de este concepto dice “El trastorno depresivo (o depresión) es un trastorno mental común. Implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo. La depresión es distinta de los cambios habituales del estado de ánimo y los sentimientos sobre el día a día. Puede afectar a todos los ámbitos de la vida, incluidas las relaciones familiares, de amistad y las comunitarias. Puede deberse a problemas en la escuela y laborales o causarlos. La depresión puede afectar a cualquiera. Quienes han vivido abusos, pérdidas graves u otros eventos estresantes que no se captan en las relaciones familiares o se obvian, tienen más probabilidades de sufrirla. Aún hay situaciones que no podemos o no queremos identificar” Pag. Organización Mundial de las Salud.

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Lo triste, pero real, es que cualquier seguidor de Cristo a través de alguna iglesia o denominación religiosa lo sufra. Por cuanto nadie está libre de no padecer algún trastorno de este tipo. Son situaciones que muchas veces escapan al control mental personal, aun cuando sea una persona ligada al Evangelio. Se olvidan que Dios a través del apóstol Pedro lo dijo muy claro a todos aquellos que le seguían y le seguimos… “Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar” Pedro 5:8 RVR1960.

“Entonces, arrojaron del cielo al gran dragón, que es la serpiente antigua, es decir, el diablo, llamado Satanás, que se dedica a engañar a todo el mundo”. Apoc.12:9 . Entonces, vuelvo a preguntar ¿A quién va a devorar?. Obviamente a aquellos que buscamos seguir a Dios y a nuestro Señor Jesucristo. No, a aquellos que no han creído ni les interesa creer lo relacionado al EVANGELIO, quienes se han apartado de Dios y no les interesa tener ninguna relación con ÉL. ¡Por cuanto a esos, ya los ha devorado!. Ojalá y no aparezcan amigos como los que tuvo Job en su tiempo. En aquel trance terrible de su vida. Pero Job es un ejemplo de la forma como enfrentó su trágica situación y en ningún momento cayó en depresión. ¡FE en su Señor! ¡De ÉL debemos aprender y lo estamos haciendo! ¡Hasta el próximo ARTÍCULO Dios mediante! Y de este prestigioso Diario, en donde he escrito desde hace más de 40 años, tenga a bien publicar. Próxima reflexión “Elías y su estado depresivo”

William Amaro Gutiérrez
[email protected]

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