Sí habrá crecimiento económico durante el año 2024, asegura en forma categórica y sin titubeos, el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, a través de su cuenta oficial en X, al fijar posición en torno a este tema que ha generado tantas expectativas en diversos sectores productivos de la vida nacional.
Advierte que la combinación de ingresos crecientes procedentes de las exportaciones de Chevron, los ingresos adicionales generados por la Licencia General 44 (al menos hasta abril) y el incremento del gasto de campaña electoral, estimulará ese crecimiento.
La incertidumbre no es si crecerá o no la economía (porque va a crecer) sino la magnitud y permanencia de ese crecimiento.
Asegura que la magnitud depende de las decisiones que tome USA respecto a las licencias petroleras, no sólo generales sino también las específicas y las sanciones secundarias.
Luce poco probable que el gobierno de USA regrese a la situación original de sanciones totales (estaría en contra de sus propios intereses) por lo que, aún en el peor escenario, la realidad económica venezolana será mejor que durante la situación previa a las negociaciones de Doha y Barbados, que a su vez ya eran mejores a las de 2019.
Explica que lamentablemente la estabilidad de ese crecimiento (pequeño o grande) es muy pobre hasta tanto se resuelva la crisis política. Y esto no parece ser en breve, pues las negociaciones reales que reduzcan los costos de salida (incluyendo posibilidades de integración entre las partes, leyes transicionales y aseguramiento efectivo de los derechos políticos y económicos de que tienes que tomar los riesgos de ser sustituidos) ni siquiera han comenzado. Como tampoco existen costos de permanencia elevados que los motiven a negociar.
Estima que mientras se plantee las elecciones presidenciales como un acto en el que se gana todo o se pierde todo, la posibilidad de abrir el juego es nula.
Ahí está la tarea pendiente. No es nada agradable, ni fácil, ni justo, pero es indispensable si queremos resolver este entuerto.
Ahora bien, si se trata de discursitos políticos baratos y odas al fundamentalismo del bien contra el mal, seguiremos donde hemos estado por los últimos 25 años, asegura el especialista.
