Dicen que cuando el pecador se cansa de hacer el mal ensaya el bien y con el tiempo se convierte en santo; esto puede ser un milagro, pero debemos de tener fe, derecho y esperanza para que suceda esto en nuestro país, por aquello de que todos tenemos derecho a ser felices y creyente fiel de que los milagros existen y que Dios no nos abandona y nos está sometiendo a pruebas, pero me parece a mí y a más del noventa por ciento del venezolano que creemos que somos muchos para que nos esté probando; da la impresión de que todo esto es un castigo, pero demasiado fuerte, que sabemos que este noble pueblo no se lo merece; ejemplo: tantos adultos mayores hoy sufriendo una cruel soledad, tantas madres y padres que cada día por su edad y achaques necesitan ver a sus hijos con todo el afectivo, la bendición, el pase de mano, el abrazo, el cómo estas madre o padre, este es el mejor sustento de la vida, hacemos memoria de aquellos que dicen que los años no acaban con la vida sino la soledad y la tristeza o será que se han copiado de algunos presidentes que se les olvido que tienen madre y han dicho que los viejos son un costo muy alto para la nación, sin darse cuenta que estos mayores también fueron jóvenes, productivos y se jodieron mucho, eso que me recordé se lo oí decir al presidente saliente de Argentina o será que están imitando a Oscar Wilde que dijo “Que a los viejos hay que matarlos cuando están chiquitos “.
Por la vejez y hablando de pecadores nos preguntamos ¿qué pecados tan grande hemos cometido los productores del campo? que lo que hacemos es producir la comida, generando puestos de trabajos que indiscutiblemente con esto viven muchas familias, aparte el producir la comida es un trabajo a pasión que se hace con amor, es un honor sobre todo en nuestro país donde cada día aumentan los problemas y el desestimulo para quien siempre ha sido buena parte de la solución.
Como campesino acostumbró a recorrer el campo porque disfruto en grande ver esos sembradíos y el ánimo y fe del agricultor que lo hace con tanto amor y con la esperanza de una buena cosecha que nunca llega, pero siguen adelante porque eso nace, no se hace y así es la vida porque la vida es así; en el Municipio Jiménez, Quibor y sus vecinos Parroquia San Miguel y sus caseríos, tierras de gente noble que se sembraron ahí para ser útil, vivir y comparten como una sola persona en una tierra bendita y sus caseríos Volcancito, Las Tablas, Paso del Río, La Fortuna, San Gerónimo, El Roble, La Fila, Piedra de ojo, ¡Dios! en dos décadas atrás habían logrado entrar a la modernidad y al mundo global hoy en día todo lo logrado ya no existe, todo se derrumbó como dice la canción, se acabaron las bodegas, los expendios de medicamento, los abastos, el transporte, carreteras inservibles, la comunicación a través de la telefonía, o sea que nos consumió el retroceso y la falta de atención, voluntad y sordera de quienes toman las decisiones.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
Jose Gerardo Mendoza Duran
@JGMendozabarqto