El exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Asdrúbal Aguiar, considera que la decisión del presidente Hugo Chávez de dejar en manos del Consejo de Estado la salida de Venezuela de este organismo no es más que una forma de tapar el derrumbe moral de la República, de la cual el mandatario es culpable, así como restarle atención a las acusaciones emitidas por el exmagistrado Eladio Aponte Aponte, sobre los nexos del Gobierno con el narcotráfico.
El catedrático y profesor de Derecho Internacional recuerda que en los últimos doce años el Gobierno no ha recurrido a este ente de asesoría, por lo cual considera que se trata de un Consejo de Regencia verdadero, similar al que se instalara en España, en 1808, para gobernar en nombre de Fernando VII, cuando éste huye y se entrega a Napoleón Bonaparte.
– ¿Qué tan flexible puede ser el derecho de autodeterminación de los pueblos para utilizarse como basamento en estas decisiones?
-La autodeterminación vale como premisa jurídica para crear los Estados, sujetos a coloniaje, de modo que si ella cabe hoy en Venezuela sería para reconstituir la República y separarla de su dependencia de Cuba. Creo que su pregunta alude al uso de la soberanía como freno del que dispone un Estado frente a las obligaciones internacionales de derechos humanos, y al respecto cabe decir dos cosas: Primero, luego del Holocausto y finalizada la Segunda Guerra Mundial, la soberanía del Estado está limitada -sin que los Estados puedan contrariar- por el respeto universal a los derechos humanos y por la prohibición de uso de la fuerza, lo que obliga a resolver todas las diferencias internacionales a través de métodos pacíficos. Segundo, recuerdo que ese argumento de la soberanía lo usa el dictador nicaragüense Anastasio Somoza cuando la OEA le pone bajo observación y ésta le dice, por boca del canciller venezolano José Alberto Zambrano Velasco, que es inadmisible para la comunidad internacional aceptar que un Estado se esconda tras la cortina de la soberanía a fin de violarle los derechos fundamentales a su pueblo. Por eso hoy, un hombre como el dictador chileno Augusto Pinochet, y otros varios mandatarios, han sido llevados ante la justicia internacional.
– ¿Cuáles son las consecuencias de este retiro? ¿Qué pasará con las denuncias que maneja la institución sobre el país?
– En la práctica, nuestro eventual retiro es sólo un fuego artificial. Venezuela, en primer término, para separarse totalmente de la Comisión Interamericana debe salirse de la Organización de Estados Americanos. No obstante, la Convención Americana, por la que también se rigen estos asuntos, como la denuncia o retiro de un Estado parte de sus obligaciones, dispone que los casos recibidos hasta la fecha y dentro del preaviso de un año, que debe darse a los demás Estados partes, seguirán siendo conocidos y sentenciados hasta su conclusión. Los casos contra el actual régimen venezolano ya se encuentran bajo trámite, de modo que, a quien Chávez le niega la posibilidad de acudir a la CIDH es a sí mismo y en beneficio de su camarilla, una vez cuando se vean sometidos a la justicia penal interna e internacional. En ese momento, no lo dudo, rogarán por el auxilio de la OEA y de la CIDH.
– Se cuestiona el hecho de que países como Estados Unidos y Canadá no formen parte de esta coalición que debería ser continental ¿Esto la hace menos valedera como instancia legal?
– Esa es una premisa falsa, pues Estados Unidos, si bien no es parte de la Convención Americana de Derechos Humanos -que le obligaría al respeto de los derechos humanos y le sometería a los dictados de la Comisión y de la Corte Interamericanas-, como miembro de la OEA está obligado a cumplir con la Declaración Americana de Derechos Humanos y permanece sujeto a la vigilancia de la Comisión. Yo mismo, como abogado, tengo un caso en la Comisión en contra del gobierno norteamericano.
– La salida se interpreta como un intento de distracción de las declaraciones de Aponte ¿Puede de alguna manera el país evitar una sanción por las declaraciones del exmagistrado del TSJ sobre la injerencia del presidente en las decisiones del Poder Judicial y sus nexos con el presunto narcotraficante Walid Makled?
– Algunos miembros del régimen ahora afirman que Aponte tendrá que probar lo que dice, pero olvidan que Aponte declara sobre su misma actuación como cabeza del Poder Judicial penal venezolano y acerca de los crímenes en que ha incurrido. Y a confesión de parte relevo de pruebas. Lo de Aponte en todo caso es la mera confirmación de lo que el venezolano común ya sabe, pero le resulta deshonroso y muy penoso aceptar, como es nuestra condición de ciudadanos dentro de un Estado criminal gobernado por pranes. Somos hoy, para vergüenza del mundo decente, una gran cárcel en la que son asesinados casi 19.000 compatriotas al año. Esta es la consecuencia del pacto que sella en agosto de 1999 Chávez con las FARC, a través del Capitán Rodríguez Chacín. Fue una macrovacuna acordada con el narcotráfico y vemos las consecuencias luego de casi 14 años de departir y compartir francachelas con los capos de droga, ocultos tras el manto de la redención revolucionaria.
– Aunque no compartió la decisión sobre la habilitación de los derechos políticos de Leopoldo López, el Estado venezolano la aceptó al dar paso a su candidatura a la Presidencia de la República ¿Quiere decir esto que la organización tenía algún peso para el Gobierno?
– El presidente es un cínico. Cuando la Corte Interamericana condenó a Venezuela por los casos de El Amparo y El Caracazo, celebró. Recién, cuando es derrocado Manuel Zelaya en Honduras, quien es su socio de tropelías, le pidió a la OEA y a José Miguel Insulza, y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, intervenir. La Comisión fue a Honduras y el gobierno que sustituyó a Zelaya no le cerró las puertas a pesar de los informes graves emitidos en su contra. Chávez, sin embargo, le tiene prohibida a la Comisión pisar territorio venezolano.
– Significando también la salida de la OEA ¿Puede el país cargar con el peso de esta decisión? ¿Cómo queda la imagen de Venezuela ante el mundo ante esta drástica determinación?
– Aponte Aponte nos desnudó como un Estado mafioso, ahora sí para vergüenza del mundo. No sé con qué ojos podrá mirar el presidente a sus pares si acaso se recupera del cáncer y le dan permiso para salir de La Habana los hermanos Castro. Por lo pronto, sólo podrá reunirse con los recogelatas del ALBA y con los últimos dictadores quienes como él quedan en el planeta. Debo decir, sin embargo, que la OEA vive una hora muy penosa, como parte de la misma crisis del sistema internacional creado bajo las condiciones del siglo XX y cuyos andamiajes no están preparados para la sociedad digital y de vértigo que ofrece el siglo XXI. Si la OEA estuviese funcionando a todo pulmón, y en otro momento histórico al propio, a Insulza lo hubiesen investigado o destituido, una vez que el gobierno venezolano declara que negoció con él su nombramiento y lo condicionó a que le pusiese minas en el camino de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, destituyendo a su secretario ejecutivo, Santiago Cantón.
Capitán se hunde con su barco
– Aunque constitucionalmente es una alternativa inviable ¿Puede contemplarse un escenario de movida de las elecciones por la salud del Presidente? ¿O debemos confiar más en la posibilidad de un nuevo candidato del chavismo, o la recuperación del mandatario?
– No soy astrólogo. Pero sí puedo afirmar, con fundamento en la historia y sobre todo en la historia patria, que cada periodo político muere con una generación, cada treinta años, y los actores de la IV República entre quienes me cuento y los actores de la V República somos ya un “parque jurásico”. Nuestra responsabilidad está en ayudar al parto del futuro y a quienes habrán de guiarlo, y nada más. Chávez inicia su calistenia en la política en 1983, en pleno bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar. Pasan 9 años antes de presentarse en sociedad con su golpe del 4 de febrero de 1992, y llega al poder 7 años después para ejercerlo durante casi 14 años. Ha pasado una generación y su proyecto político muere con él.
– ¿Puede un sucesor mantener el peso del chavismo en Venezuela?
– Los caudillos, y Chávez que se precia o intenta serlo, no dejan sucesión sino sucesores peleados entre sí. Eso ocurre hasta en las mejores familias, en las que los hermanos viven desencuentros por la sucesión de sus padres. ¡Imagínese la situación tratándose de la muerte de “El Padrino”!
-¿Cómo se encuentra la imagen internacional del presidente Hugo Chávez en el escenario internacional?
– Por lo pronto lo ven como un paciente enfermo y prisionero de La Habana. La diplomacia contemporánea carece de principios y sólo mira a los intereses. Más de un presidente hace las cuentas y se prepara para el poschavismo, preguntan cómo quedarán sus relaciones y cómo asumirán las pérdidas que les significa el final de Hugo Chávez, ya sea político o sanitario.
– ¿Hay posibilidad de que alguno de los presidentes, o presidentas, del eje Perú-Bolivia-Ecuador-Argentina-Brasil tenga la misma fuerza de Chávez, para llevar la integración de la izquierda en América latina?
– Creo que Chávez es parte de la última aventura del extremismo marxista que fenece con la caída del Muro de Berlín. Si se quiere, es el barrial que queda luego de construido y realizado el siglo XX, pero nada más. La edad digital y de las comunicaciones llega con otros paradigmas, distintos al debate sobre el Estado y el capital que domina y divide a las ideologías del mismo siglo XX ya terminado. La confrontación entre socialistas demócratas, cristianos, o marxistas, y el capitalismo liberal son cosas del pasado. Así lo entienden los chinos y también los brasileños, con Lula a la cabeza.
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