Con motivo, a unas supuestas conspiraciones y atentados en su contra, Nicolas Maduro ordenó el pasado 23 de enero, activar un “operativo Furia bolivariana” y así expuso:
«Si algún día los fascistas me hicieran daño, algún atentado, dejó en manos de ustedes hacer lo que tengan que hacer para reponer la justicia y la paz de Venezuela, activen la furia bolivariana» que se traduce en un operativo de seguridad de carácter «cívico, militar y policial», que busca prevenir y enfrentar las conspiraciones en contra del poder. Medidas «drásticas, audaces y valientes» por parte de su gobierno.
Ante tan ambigua advertencia, los ciudadanos tenemos derecho a pensar en lo peor y las razones son obvias ante tres imágenes que nos invaden: Los jefes españoles de Domingo Monteverde con su decretada “Ley de Conquista” Antoñanza, Boves, Zuazola Rosete, masacrando a los patriotas. Luego, el trujillano Antonio Nicolas Briceño, mandando en unas cajas, las cabezas de los degollados militares españoles a Simón Bolívar que se indignara, para terminar con su célebre decreto de “Guerra a Muerte” con la advertencia de “Españoles y canarios contad con la vida si soy inocente”, Aquella carnicería conduciría al célebre “Tratado de Regularización de la Guerra” y su influencia a la fecha, del Derecho Internacional y demás leyes de guerra.
Ahora, ¿de qué trata la furia? Los psicólogos la definen como la manifestación física del sentimiento de rabia. La rabia se siente ante situaciones frustrantes o injustas y se dice que nos ciega porque, una vez que está desatada, es muy difícil pararla, echarla como un demonio de nuestro cuerpo”. De ser así, ¿qué le aqueja al régimen, que todo lo controla? Lo que delata, el temor del mismo, ante el evidente descontento popular, desamparado y hambriento integralmente, sin acceso al trabajo, salud, educación y pare de contar y ¿es frente a ello, que se va a desatar una furia militar, civil y policial? ¿Acaso no recuerdan, que la bolivariana Constitución reza qué?
Artículo 46. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral, en consecuencia:
- Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda víctima de tortura o trato cruel, inhumano o degradante practicado o tolerado por parte de agentes del Estado, tiene derecho a la rehabilitación.
- Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
- Ninguna persona será sometida sin su libre consentimiento a experimentos científicos, o a exámenes médicos o de laboratorio, excepto cuando se encontrare en peligro su vida o por otras circunstancias que determine la ley.
- Todo funcionario público o funcionaria pública que, en razón de su cargo, infiera maltratos o sufrimientos físicos o mentales a cualquier persona, o que instigue o tolere este tipo de tratos, será sancionado o sancionada de acuerdo con la ley…. Y como si fuera poco, es bueno recordar a los jueces, que la “Ley Contra el Odio” es precisa…
“Se prohíbe toda propaganda y mensajes a favor de la guerra y toda apología del odio político, social, de género, étnico-racial, diversidad sexual, religioso, y de cualquier otra naturaleza que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad, la intolerancia o la violencia»
Por todo lo cual, la anunciada “furia bolivariana” por demás irrespetuosa al pensamiento del Libertador, nos resulta ser, un desconocimiento a lo que, la norma prescribe y una vulgar intimidación ciudadana para promover odios entre hermanos, porque esa “furia” como toda furia, no garantiza valores como la Paz, la Vida, Justicia. Libertad, Respeto, Tolerancia. Solidaridad, Preeminencia de los derechos humanos y Pluralidad.
Jorge Ramos Guerra
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