El gobierno ecuatoriano inició este jueves el proceso de destrucción de cerca de 22 toneladas de cocaína, el mayor decomiso efectuado en el país, mientras rige un estado de guerra interna declarado por el gobierno para combatir la creciente delincuencia.
Videos en las redes sociales muestran un camión rodeado de un fuerte contingente de militares con armas largas y luego a un grupo de personas descargando los bultos con la droga vestidos con trajes de protección, gafas y máscaras. El sitio de la destrucción se mantiene en reserva por razones de seguridad.
El Ministerio del Interior informó en su cuenta de X, antes Twitter, que en cumplimiento de una orden judicial y mediante la técnica de encapsulamiento procederá a la destrucción de la droga e indicó que el proceso tomará unas 11 horas. No se precisó a qué grupo delictivo pertenecía el cargamento.
El encapsulamiento consiste en la pulverización de los alcaloides para mezclarlos con cemento, cal, acelerantes de concreto y otro tipo de residuos —como medicina caducada o artículos de contrabando destruidos— que se introducen en hormigoneras industriales o molinos, explicó a AP el experto Edmundo Mera, exsubsecretario Técnico de Sustancias Catalogadas Sujetas a Fiscalización. La mezcla de hormigón luego se deposita en celdas de seguridad o piscinas.
De acuerdo con las autoridades, el territorio ecuatoriano se ha convertido en un centro de almacenamiento y exportación de drogas, especialmente cocaína, hacia Estados Unidos y Europa. En el país operan violentas bandas locales relacionadas con poderosos cárteles de Colombia y México.
Entre el domingo y el lunes integrantes del ejército y la policía descubrieron una propiedad rural en las inmediaciones de la población de Vinces, 201 kilómetros al suroeste de la capital, donde hallaron la cocaína, el mayor decomiso en un solo golpe en la historia del país.
Durante 2021 en Ecuador se decomisaron 210 toneladas de drogas, cifra que cayó levemente a 201 en 2022 y que repuntó a 211 el año pasado.
Por años Ecuador había sorteado el hecho de estar en medio de dos de los más grandes productores de droga —Colombia y Perú— pero la situación cambió conforme la delincuencia organizada comenzó a instalarse en el país.