En silencio y con sus teléfonos celulares encendidos para tomar fotos, varias personas visitaron el sábado el Museo Militar de Caracas donde reposan los restos del presidente Hugo Chávez y algunos le pidieron un favor: que ayude a Nicolás Maduro a ganar las elecciones y lo ilumine en su camino como mandatario en caso de ganar.
Maduro «está empezando a gatear como presidente», dijo María Luisa Pérez con los ojos llorosos tras visitar la tumba colocada en el antiguo cuartel militar desde el que Chávez dirigió en 1992 un fallido golpe de Estado y que hoy es un museo.
A Maduro «hay gente que lo critica pero no, hay que darle la chance. ¿Qué prefieren, a un `majunche’ (de mala calidad)? íNo!», añadió Pérez, una jubilada de 59 años.
Chávez calificaba de «majunche» al opositor Henrique Capriles, su rival en la anterior elección presidencial de 2012 y hoy contrincante de Maduro.
Fuera del edificio, Elizabeth Torres, de 48 años, con un rosario rojo colgando del cuello, limpiaba un pequeño quiosco convertido en una mini iglesia para que los simpatizantes del fallecido mandatario coloquen flores y velas, lo que no está permitido cerca del sarcófago.
«¿Que qué le pido (a Chávez)? Que ayude mucho a nuestro Maduro… que lo ilumine, que cumpla con su legado», dijo Torres, quien trabaja vendiendo dulces y botellas de agua al lado de lo que llaman «La capilla de Hugo Chávez» fuera del museo donde están sus restos.
«Como dice nuestro futuro presidente (Maduro), Chávez es su padre… estoy cien por ciento segura de que vamos a ganar» en los comicios del domingo, añadió la mujer de ojos verdes y una enorme sonrisa en la que faltaban algunos dientes.
En el primer piso del antiguo cuartel militar, una construcción colonial de dos pisos en el centro de la ciudad, está el sarcófago de Chávez.
Es una enorme caja rectangular de granito negro custodiada por una guardia de honor presidencial en trajes rojos y altos gorros negros, como la que tenía el libertador Simón Bolívar.
La zona donde se localiza el antiguo cuartel es un bastión del chavismo y por todos lados hay afiches de Maduro y frases pintadas en las paredes como «Chávez te lo juro, mi voto es por Maduro».
Marlene Pérez, quien trabaja limpiando pisos en un banco, dijo que la de la jornada fue su cuarta visita al museo para pasar la mano por encima del granito del sarcófago, aunque sea por unos segundos.
Chávez fue colocado ahí el 15 de marzo, 10 días después de fallecer a causa del cáncer que lo aquejaba desde hacía dos años.
Por grupos de unas 20 personas, los simpatizantes esperan a las puertas del edificio y luego son guiados al interior por un miliciano que a lo largo de unos 15 a 20 minutos les hace primero pasar alrededor del sarcófago. Luego los dirige a por lo menos tres salas llenas de fotos en blanco y negro y a color de Chávez que recorren su carrera, sus campañas electorales, sus actos oficiales y sus parientes. Ahí también hay una pequeña capilla con bancos, pero el acceso está restringido.
A Chávez «le pido por favor que ayude a Nicolás…. él es nuevo» en el cargo, dijo Pérez, de 50 años y madre de tres hijos, a la salida del museo, rebautizado «Cuartel de la Montaña 4 Febrero» en referencia a la fecha en que en 1992 intentó dar el golpe de Estado.
Maduro, de 50 años y quien fue canciller y más tarde vicepresidente, asumió ante el Congreso como mandatario encargado tras la muerte de Chávez y este domingo 14 de abril será la primera vez que se mida en una votación.
Ojalá «que sepa guiar a nuestro pueblo», dijo Pérez.
