Un nuevo año se inicia y el calendario nacional ya tiene marcadas las fechas de cortes, que en los diferentes ámbitos van a ser punto de inicio o de revisión según su planificación previa, aunque la población en general sólo perciba una quietud definida en su mayoría por su nivel de ingresos. Pero lo cierto es que existe un calendario global donde Venezuela ocupa un espacio definido, porque la energía alimenta el avance de la humanidad; siendo los hidrocarburos una fuente indispensable para mover los avances científicos que redefinen nuestra época actual.
En ese sentido, cualquier análisis que se realice sobre los escenarios para el país, pasa por considerar los aspectos bajo los cuales se encuentra el petróleo como commodities mundial, ya sea bajo guerras en las puertas de Europa o conflictos que afectan algún eslabón en la cadena de suministros globales. Y nuestro territorio en materia económica vislumbra un ligero crecimiento porque los hidrocarburos libres de sanciones internacionales ya pueden competir por cuotas de mercados según sus características específicas, lo cual va alimentar la hacienda nacional con las divisas necesarias para motorizar la hoy maltrecha economía nacional.
Por otra parte, las demandas sociales pospuestas van a entrar en la agenda política del año en curso, todo gracias a los hidrocarburos cuyas regalías no solo estarán sujetas a la extracción del crudo, porque el campo de gas Dragón va a comenzar a generar ingresos por su concesión, lo cual está sujeto a cambios mientras se ven a corto plazo los beneficios de una industria que solo requiere capacidad instalada para su lucrativo beneficio. Estos aspectos son variables que pueden derivar en mayor inversión para los diferentes servicios públicos y mejoras en las remuneraciones de la nómina pública nacional.
En resumen, nuestro sistema político funciona conectado al petróleo, todos los outputs que salen del sistema vienen aceitados por los hidrocarburos, el negar dicha simbiosis es desconocer la realidad. Porque cada eje del sistema se ve afectado por dicho recurso natural, que aun en su estado crudo sin pasar por un proceso de industrialización, posee tal potencia energética capaz de redefinir generaciones enteras de individuos, que pueden soñar con una realidad diferente sabiendo siempre que en el subsuelo existe un recurso deseado por todo el planeta.
Finalmente, las perspectivas para Venezuela del año en curso van a ser definidas por el valor del petróleo en la escena global, no sería de extrañar que un actor global clave como Turquía, pronto nos ofrezca sus tan eficaces Bayraktar para disuadir a los países vecinos que ya no perciben a Venezuela como en el siglo pasado. Este año la política va a evolucionar junto con los taladros petroleros que de momento se instalan con cautela; mientras el lobby internacional acomoda sus intereses.
Eduin Adjunta
@adjunta90