¿Sabías que el dato más antiguo relacionado con la Chicha venezolana, data del tercer viaje de Cristóbal Colón, cuando llega a las costas de Paria? De acuerdo con el navegante genovés, los originarios de estas tierras le ofrecieron sus comidas y “vinos de diferentes colores” para saciar el hambre, resultando ser que esos llamados vinos no eran más que chichas.
Ocarina Castillo, antropóloga y profesora universitaria, explica que esta relación entre los vinos y las chichas, fermentadas o no, se originó debido a que en aquellos tiempos el acompañante principal de las comidas europeas era el vino; por tanto, la chicha de nuestros indígenas era también, para los aventureros recién llegados, un vino.
De acuerdo con la catedrática de la UCV, esa bebida generalmente era preparada con maíz o también con cualquier raíz feculenta. “De hecho, había chichas de yuca, de ocumo, así como preparadas con combinaciones de raíces feculentas con ciertas frutas y vegetales”, comenta la antropóloga.
Tradicionales y de consagración
Agrega la especialista que, según las comunidades indígenas, la chicha recibía un nombre distinto debido al lenguaje de cada una de ellas. En todo caso, se trataba de chichas suaves o ligeras; otras fermentadas y algunas mucho más fermentadas que eran básicamente utilizadas en rituales y ceremonias para el nombramiento de los caciques, según datos de los cronistas de la época.
Asimismo, estaban las chichas muy espesas que recibían el nombre de “Atoles”. “Incluso se incorporó una palabra muy castiza, para nombrarlos: “Mazamorra” que, más que una bebida, era una comida. Y todo esto lo describen los cronistas del Siglo XVI al decir ‘hay chichas, mazamorras y mazatos’”, señala la profesora Castillo.
Del maíz y las féculas al arroz
El Mazato también era una bebida que, al igual que la chicha, podía ser endulzada con miel -principal endulzante de la época- aunque hoy en día el Mazato Andino es endulzado con panela y está elaborado con arroz, a diferencia de aquella chicha de los indígenas venezolanos de los siglos XV y XVI.
Subraya la profesora Ocarina Castillo que la incorporación del arroz a la cultura culinaria venezolana, comenzó en la época colonial cuando se trajo por primera vez este cereal durante el siglo XVII, fundamentalmente. Esto a pesar de que los misioneros jesuitas de fines del siglo XVII, asentados en las misiones del Orinoco, ya hablaban de un tipo de arroz cultivado en esa zona de Guayana, para un consumo local.
“Pero el consumo del arroz, como bebida, es algo que bien vale la pena estudiar porque ya existía la tradición de la chicha de maíz o de fécula, pero no de la chicha de arroz”, comenta la antropóloga.
Un alimento para toda la familia
La profesora destaca que las chichas, cuando no están fermentadas, pueden ofrecerse a niños y adultos mayores, por ser una bebida nutritiva.
Asimismo, Frank Portillo, Gerente de Producción de la Planta de Lácteos San Simón, empresa que elabora, procesa y distribuye este producto como parte de su portafolio comercial, señala que muchas familias utilizan la chicha como suplemento alimenticio para los niños, pero agrega que es una bebida para todas las edades.
“Es por ello que nuestro principal objetivo al crear la Chicha con Leche San Simón, fue el de ofrecer un producto listo para disfrutar, que ahorre tiempo y dinero al consumidor”, dice Portillo.
Explica que la Chicha con Leche San Simón líquida UHT, está elaborada a base de harina de arroz precocida y se produce en la planta de lácteos San Simón, en el estado Zulia, la cual cuenta con innovadores equipos Tetra Brik Aseptic, que ofrecen las ventajas del almacenaje sin refrigeración, manteniendo intactas la calidad, propiedades y sabor del producto.
“Nuestra chicha viene en envases de larga duración UHT de un litro, con procesos que se llevan a cabo a altas temperaturas para su esterilización, lo que permite que pueda conservarse a temperatura ambiente hasta por seis meses.”
Para más información: @gruposansimon @lechesansimon.