Es la respuesta que esta personalidad de la narración del béisbol profesional venezolano le da al dueño del equipo Leones de Caracas, Oscar Pietro, al finalizar el campeonato 1969-1970. Entonces los Leones se disponían a viajar a República Dominicana para competir en la Serie del Caribe.
La noche anterior Prieto lo había escuchado atento por la radio cuando Saer narraba las incidencias del juego final. El Circuito de los Leones necesitaba un narrador refuerzo que ayudará a su narrador estrella. Delio Amado León, en esas labores.
Ante esa negativa respuesta Prieto molesto le pregunta si el qué narraba era él para asentar Saer que sí. A lo que Prieto le riposta: ¡Entonces, usted es un narrador!
Lo cierto es que de inmediato quedó contratado en lo que constituía un salto a la consagración en esa especialidad de la narración deportiva en el país. Pasaba a hacer dupla al lado de aquella gloria de la narración del principal pasatiempo del venezolano. Un privilegió alcanzado por pocos por tratarse de un ámbito muy competido y ocupado por los mejores.
Alfonso Saer Bujana destaca primero como comentarista deportivo a partir de 1965 en Radio Cristal en sus espacios de este corte y el Circuito de Cardenales de Lara. Como narrador de béisbol apenas mataba tigritos compartiendo con el Premier Arturo Celestino Álvarez.
Esta es una especialidad de la locución en la cual se usa la modulación remota con su carga de emocionalidad como lo planteaba el periodista norteamericano Edward R. Morrow. Es toda improvisación y espontaneidad sobre la marcha sin ninguna planificación previa. En consecuencia, requiere una alta dosis de improvisación, imaginación y creatividad de quien lo hace sin tiempo para pensarlo. Algo demostrado por Saer a lo largo de su brillante trayectoria de más de medio siglo.
Al relatar ante el micrófono las incidencias de un juego lo acomete con la mayor minuciosidad apelando a imágenes sonoras. Es además el inventor de la frase alargada al registrase un hecho impactante como un jonrón. Es cuando extiende el fraseo en tono alto al máximo con su singular: ¡JONROOOOOOON! Esa manera de narrar forma parte de la identidad deportiva del larense.
El locutor de comerciales Pedro Miguel Suárez es quien lo bautiza como “El Narrador”. Y así se quedó merecidamente para el resto de su vida.
La ocasión cuando muere Suárez le escribe un interesante y extenso artículo que nos llamó poderosamente la atención por la calidad de su prosa. Un escrito que merecía ser ubicado en la página literaria de cualquier periódico. Con sus tres libros publicados ha confirmado esas dotes para la escritura literaria conjugada con la periodística. El escritor escondido que brota de cuando en cuando.
Aún me pregunto por qué hace 54 años atrás le negó a Oscar Prieto que era un narrador de béisbol: ¿ironía, temor, duda, subestimación, pena, precaución? Solo él lo sabe.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11