La milicia libanesa Hezbollah disparó este sábado docenas de proyectiles contra el norte de Israel y advirtió que la andanada era su respuesta inicial al asesinato selectivo, presumiblemente por parte de Israel, de un alto cargo del grupo aliado Hamás en la capital de Líbano antes esta semana.
El incidente se produjo un día después de que el líder de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, señaló que el grupo debía tomar represalias por la muerte de Saleh Arouri, jefe político adjunto de Hamás. Afirmó que si la milicia no responde al asesinato ocurrido en su feudo en el sur de Beirut, todo Líbano sería vulnerable a un ataque israelí.
Nasrallah parecía estar defendiendo la intervención ante la opinión pública libanesa, aunque la iniciativa podría intensificar los combates entre Hezbollah e Israel. Pero no dio indicaciones acerca de cuándo o cómo se actuaría.
Hezbollah dijo este sábado que disparó 62 cohetes contra una base de vigilancia aérea en el monte Meron y que logró impactos directos. El ejército israelí, por su parte, indicó que se dispararon unos 40 proyectiles hacia la zona de Meron, pero no mencionó la base, y dijo que alcanzó a la célula que llevó a cabo los lanzamientos.
La intensificación de los intercambios transfronterizos coincide con el inicio de una nueva visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a Oriente Medio para tratar de impedir que la guerra entre Israel y Hamás, que está en su 14ta semana, se propague por la región. Blinken estaba en Turquía este sábado, donde se reunirá con el presidente y el ministro de Exteriores.
Es el cuarto viaje del jefe de la diplomacia estadounidense a la zona en tres meses.
Las críticas internacionales a las operaciones de Israel en Gaza han arreciado mientras Washington está cada vez más preocupado por el final del conflicto. A estas preocupaciones se suman el reciente incremento de los ataques en el Mar Rojo, Líbano, Irán e Irak.