En un despliegue de fe y devoción, San Benito, el copatrono de Cabimas, recorrió 13 kilómetros en una procesión que duró más de 15 horas, uniendo a las comunidades en una sola oración de baile y cántico.
Con tambores y baños de ron, la imagen del santo negro fue entregada al pueblo tras la Santa Eucaristía oficiada por monseñor Ángel Francisco Caraballo Fermín. La multitudinaria procesión, llena de alegría y fe, se desplazó desde la Catedral hasta la parroquia Ambrosio.
Entre aplausos y júbilo, unos 70 cargadores llevaban la sagrada imagen, a quien rociaban licor y bailaban en su honor. Los devotos se turnaban para tocarle y expresarle su amor, creando un ambiente de animación y devoción.
A las diez y media de la noche, San Benito de Palermo regresó a la Catedral de Cabimas, sobre los hombros de miles de feligreses que bailaron al son del chimbanguele durante más de 15 horas. La seguridad del evento estuvo garantizada por más de 500 funcionarios de seguridad.
La fiesta de San Benito de Palermo no fue exclusiva de Cabimas, sino que unió a las comunidades de El Mene, El Menito, Punta Gorda, sectores de Ciudad Ojeda y Lagunillas en una sola oración de baile y cántico. Para el próximo 6 de enero, San Benito saldrá nuevamente a las calles de Cabimas con destino al sector Ambrosio.