Al concretarse la liberación de ciudadanos norteamericanos retenidos por el régimen en Venezuela y lograrse la libertad del “diplomático” Alex Saab todas las partes ganan, asegura el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, tras analizar los escenarios.
“Para Biden es un éxito presentar los liberados americanos, que USA considera rehenes, libres en Navidad sin disparar un tiro y en el marco de una negociación política, que se validó públicamente por la propia oposición, con el acuerdo de Barbados”, precisa.
En adición, compra tiempo para evitar el colapso de los acuerdos petroleros y gasíferos que ese país también desea sostener como sea y con esto puede controlar las presiones contrarias de sus adversarios en USA. Todo esto mientras mantiene viva su lucha por mejores condiciones electorales hacia el 2024.
Para Maduro, la liberación de presos en general también es muy positiva. Estabiliza momentáneamente los acuerdos de Doha y Barbados, garantiza un aumento del flujo de caja en divisas de la nación por un tiempo mayor, coloca a su gobierno en un porcentaje elevado de cumplimiento de sus compromisos reales con USA y envía un mensaje contundente sobre su disposición a no ceder ni un centímetro a cualquier solicitud política, ni presión sobre temas que no hayan estado explícitos en los acuerdos previos (como la habilitación).
Pero en adición, agrega, la liberación de Saab es un símbolo fundamental para él. No por lo que muchos creen. No se trata de lo que Saab sabe. La información de Saab a estas alturas es inútil e irrelevante, pues USA ha decidió avanzar en una búsqueda de soluciones para Venezuela que incluye y comienza con Maduro. Este no es el momento para atacar sino para ofrecerle seguridad y entonces esa información es useless. Para Maduro, la liberación de Saab es más bien una demostración de su disposición de no abandonar a los suyos. Está diciéndole al interior del chavismo que está dispuesto a todo, incluyendo quedarse sin recursos, para defenderlos. No es Alex Saab, es la unidad del chavismo y la seguridad de que Maduro no los abandonará, pues esto es vital en una revolución (como cualquier otra) que sabe que su riesgo más importante, ahora y en el futuro, no es la oposición, ni una invasión extranjera. Es en realidad la implosión de sus cuadros. Algo que él tiene que evitar, mostrando que sólo él garantiza su seguridad a futuro. Y esta liberación le ayuda enormemente en ese objetivo.